Sunday, April 15, 2007

Esa dificultad llamada dislexia


Ellos suelen ver las palabras de una manera diferente. Por más empeño que pongan en imitar la escritura de las letras, es usual que se equivoquen. Y en el intento por superar esta dificultad, pueden llegar a sentir frustración y a pensar, equivocadamente, que no son inteligentes. Estamos hablando de los pacientes con dislexia, un mal que afecta a millones de niños y adultos en el mundo entero.

Cuando no se tiene idea de que el niño sufre este padecimiento, es común clasificarlo como un estudiante distraído, vago y con una capacidad intelectual mínima. La razón para esto estriba, como es de imaginar, en el poco conocimiento que aún se tiene sobre la dislexia. ¿Qué implica esta enfermedad? ¿Quiénes están en riesgo de padecerla?

De origen neurológico

La doctora Liza San Miguel Montes, neurosicóloga de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico, explica que la dislexia “es un desorden de aprendizaje generalmente de origen neurológico”. Implica una dificultad “en la integración y el procesamiento de los símbolos gráficos del alfabeto y de los sonidos. Es decir, es una variación de cómo se procesa la información de esos símbolos y sonidos a nivel mental”, detalla.

En términos generales, al estudiante disléxico le resulta difícil identificar palabras escritas. También, puede presentar problemas en la codificación de las letras y en deletrear. Por eso, el sistema escolar tradicional les resulta complejo en su aprendizaje y requieren de terapias educativas dirigidas a compensar esas dificultades del procesamiento del lenguaje.

Dependiendo del caso, algunos de los métodos educativos para esta población académica se dirigen a desarrollar las destrezas visuales. De hecho, se dice que algunos disléxicos piensan en imágenes. “Pero el tratamiento va a ser desarrollado por el terapista educativo, tomando en cuenta las fortalezas y características de cada niño”, especifica San Miguel Montes.

Síntomas a temprana edad

La dislexia puede identificarse desde los 5 y 6 años de edad, “cuando los niños comienzan a aprender las primeras combinaciones de letras”, señala la doctora. “Ésta es la etapa ideal para la intervención terapéutica”, añade. Sin embargo, es a partir de los 7 años cuando tiende a hacerse mucho más notable.

Inicialmente, se observa “dificultad con el aprendizaje de los fonemas y la combinación de las letras”, menciona la experta. Este comportamiento tiende a persistir “a pesar de la práctica y buena enseñanza escolar”. En la escritura se observa la inversión y la omisión de letras, así como el cambio constante de algunas de éstas. “Es importante que para que se considere dislexia, se descarte que el niño tenga dificultad por la falta de exposición o por una enseñanza pobre”, especifica la neurosicóloga.

Problema que desanima

Al igual que otros problemas del aprendizaje, la dislexia se asocia con una baja autoestima, frustración, deserción escolar y “otras dificultades en las destrezas sociales”', menciona la doctora. “Los padres y los maestros deben ser sumamente cuidadosos en cómo se corrige y atiende a estos niños, ya que tienden a ser vulnerables”, alerta. A esto cabe añadir que estas señales “comienzan a hacerse evidentes durante los 7, 8 y 9 años de su desarrollo, etapa muy importante en la formación de la autoestima y la autoeficacia (la creencia de que uno es capaz de ejecutar una tarea específica satisfactoriamente)”.

También se ha encontrado que existen otras condiciones de salud que se manifiestan en combinación con la dislexia. Entre éstas, se incluyen el déficit de atención con o sin hiperactividad (ADD o ADHD, por sus siglas en inglés) y depresión.

¿Se hereda?

La doctora aclara que “existe muy poca información sobre la genética y la dislexia”. Aunque estudios recientes han observado “diferencias en los cromosomas 1, 2, 6, 15 y -6 ”, lo cierto es que “esto todavía no está establecido”, menciona.

Por otro lado, investigaciones científicas han encontrado que “desde un 50 a un 80 por ciento de la variabilidad en niños con dislexia se puede atribuir a factores genéticos”, declara San Miguel Montes. Sin embargo, todavía existe “entre un 30 y 50 por ciento de la condición que se ve influenciada por factores ambientales y sociodemográficos”.

Identifícalo a tiempo

En Puerto Rico se identifican muchos niños con dislexia y problemas de aprendizaje, en general, asegura la doctora. Por eso, entiende “que es muy importante que los currículos escolares se enfoquen en la prevención y en la identificación temprana de estos desórdenes”.

Por otro lado, el grado de severidad de esta enfermedad varía en cada persona. De hecho, hay quienes creen padecerlo en un nivel leve (como quienes invierten las letras de vez en cuando o que les resulta difícil distinguir la izquierda de la derecha, por ejemplo). Al respecto, la neurosicóloga menciona que “pudiera ser que se dieran síntomas leves de dislexia en algunas personas que no presenten disfunción en su desempeño o aprovechamiento académico”. Sin embargo, como parte de un diagnóstico de esta enfermedad, se toma en consideración que la ejecutoria de la persona esté “sustancialmente por debajo de lo esperado para su edad, grado e inteligencia en la lectura”. Además, este problema “deberá interferir con las funciones de su vida diaria (por ejemplo, en la escuela)”.

No es un impedimento

Más allá de verse como una limitación intelectual, en una gran mayoría de pacientes disléxicos se ha observado una gran tendencia a la creatividad y la intuición.

Por otro lado, San Miguel Montes enfatiza que, “aunque a los niños con dislexia les tome más tiempo o esfuerzo, esta condición no debe ser vista como un impedimento para lograr sus metas ya que con las terapias educativas se pueden compensar estas dificultades”.

A su vez, la doctora recomienda “monitorear las evaluaciones de aprovechamiento escolar de los niños, observar si presentan alguna dificultad con la lectura y la escritura en los grados primarios, y tratar de proveer terapias educativas”. Del mismo modo, resulta de gran relevancia mostrar paciencia durante el proceso de aprendizaje, identificar aquellas áreas en las que el niño se destaque y buscar el modo de explorarlas en favor de su desarrollo.

La neurosicóloga Liza San Miguel Montes pertenece a la Sección de Neurología Pediátrica de la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas, Universidad de Puerto Rico. Para información, llama al 787-754-0101, ext. 3193.

Algunas señales

  • La más usual es la inversión de letras, como la d por la b, la p por la b o la q por la p, entre otras.
  • Copian mal algunas palabras, aun cuando están mirando cómo se escriben.
  • Presentan dificultad para reconocer que una palabra está mal escrita.
  • Escriben la misma palabra de distintas maneras.
  • Cometen errores de ortografía fuera de lo normal, como merc por comer.
  • Invierten las palabras de manera total o parcial. Por ejemplo, beder por deber.
  • Reflejan confusión para distinguir la izquierda de la derecha.
  • Muestran dificultad para leer oraciones o palabras sencillas.

    Famosos disléxicos

    Existen diversas figuras famosas y personajes de la historia que han confesado padecer de dislexia. La gran mayoría ha tenido una meta en común: demostrar que este padecimiento no es un impedimento para superarse y sobresalir.

  • Tom Cruise
  • Whoopi Goldberg
  • Robin Williams
  • Cher
  • Keanu Reeves
  • Edward James Olmos
  • John Lennon
  • Pablo Picasso
  • Andy Warhol
  • George Washington
  • Albert Einstein
  • Leonardo Da Vinci
  • Vincent Van Gogh
  • Oliver Reed
  • Charles Darwin
  • Harry Belafonte
  • Agatha Christie
  • Walt Disney
  • Nelson Rockefeller

  • Fuente: PrimeraHora

    1 comment:

    Dislexia sin Barreras said...

    El artículo que has publicado en tu blog me parece estupendo, muy bien hecho y muy explicativo sobre el problema de la dislexia. Es importante que nos concienciemos todos de que existe esta enfermedad o trastorno invisible, y que se haga más por intervenir en los planes de estudio para que todas las personas que padecen dislexia puedan conseguir sus metas sin que les etiqueten de torpes y vagos en el colegio.
    Somos una asociación española que trabajamos para difundir la existencia de este trastorno y hacer todo lo posible por facilitar la vida a nuestros hijos.