Wednesday, February 24, 2010

Redes sociales. Fenómeno pasajero o reflejo del nuevo internauta


  • Sonia Fernández

Las redes sociales on line surgen con fuerza muy recientemente. A través de software que desarrolla el concepto de los grados de separación, permiten dar visibilidad a nuestra red de contactos, consiguiendo que otras personas puedan ampliar sus redes a través de las nuestras y acceder a personas a las que les hubiese sido imposible sin esta visibilidad.

El verdadero éxito de las redes sociales con mayor audiencia actualmente, radica, sin embargo, en dar un paso más y formar, con el software de red social como base, auténticas comunidades donde sus miembros encuentran herramientas para comunicarse. Así, se crean sitios donde los internautas quieren estar porque se encuentran con las personas que les interesa y donde pueden establecer relaciones de calidad.

Ésta es la razón por la que estos sitios están quitando audiencia a los grandes portales tradicionales y la razón por la que éstos buscan la forma de entrar a participar en las redes sociales existentes; porque lejos de verlo como un fenómeno pasajero, entienden que están aquí para quedarse porque es donde el internauta ha decidido que quiere estar.

Este texto se centra en la evolución de las redes sociales on line en los últimos cuatro años y en cómo estas redes surgen de la nueva necesidad de relacionarse de un internauta que conoce lo que Internet puede ofrecer. Lejos de ser un fenómeno pasajero, las redes sociales son un reflejo del nuevo internauta, ávido de expresarse y compartir de forma casi compulsiva.

El nacimiento de las redes sociales on line

Probablemente para el joven de hoy le sería difícil concebir su vida social sin redes como Myspace, Facebook o Tuenti. Miles de estudiantes españoles deciden qué hacer el fin de semana y quedan a través de Tuenti, donde tienen a sus amigos y pueden mantener una comunicación muy eficaz de todos con todos. Sin embargo, las redes sociales tal y como las conocemos hoy son un fenómeno realmente reciente. En noviembre de 2004 publiqué un libro sobre networking e Internet Dos Grados: Networking. Fue precisamente ese año cuando empezaron a surgir las redes sociales que conocemos hoy. El libro analiza las redes más importantes y entre ellas pude incluir a Myspace que crecía de forma galopante y de la que me habló un amigo que vivía en Los Ángeles. Facebook o Tuenti no están siquiera tratadas en el libro porque no existían. Facebook ha recibido valoraciones que nos recuerdan al 99 y por nada menos que Microsoft, quien compró un 1,6 por ciento por 240 millones de dólares, lo que valoraría a Facebook en 15.000 millones.

Cabe preguntarse por qué surgen estas redes sociales precisamente en estos años y qué lleva a millones de personas a unirse y participar activamente en ellas.

Internet como tal es una realidad asombrosamente reciente. Muchos de los lectores de este artículo habrán estudiado sus carreras universitarias sin una herramienta básica como Google y habrán recurrido a la enciclopedia del salón para su investigación bibliográfica.

A medida que Internet ha ido entrando en nuestra sociedad, hemos sido capaces de ver su utilidad de una forma gradual. En un primer momento, la búsqueda de información, la publicación de contenidos por parte de medios de información o el desarrollo de páginas personales. Internet ofrecía una vía para publicar contenidos de forma sencilla y para conseguir información. Sin embargo, a medida que el internauta se volvía más experto surgía la necesidad de crear comunidades y mantener vínculos con personas afines con las que compartir información y estar en contacto.

Una red social no es más que una serie de nodos o puntos unidos entre sí (red) siendo estos nodos individuos (social). Estas redes sociales existen obviamente sin que Internet participe en ellas; sin embargo, Internet da visibilidad a los componentes de mi red social sobre el resto de nodos en la red, aumentando el grado de comunicación entre los nodos de forma espectacular.

Cuando hablamos de redes sociales, cabe preguntarse, porqué son importantes. Estas redes alcanzan gran valor porque generan lo que llamamos “capital social”. “Capital” es sinónimo de valor, “Social” es el valor que atribuimos a las personas que conocemos. Así, una persona con redes sociales fuertes es una persona que ha generado un gran capital social del que se beneficiará enormemente.

Internet revoluciona las redes sociales porque les da una visibilidad y una capacidad de crecimiento exponenciales. A modo de ejemplo, podemos pensar que ninguno de nosotros va por la calle sujetando un cartel en el que aparezcan todos los nombres de las personas que conocemos. Un amigo podría estar buscando trabajo en una empresa y jamás saber que yo puedo ponerle en contacto a través de mi red con el director de recursos humanos.

Pero, ¿qué pasaría si estos contactos pudiesen estar visibles y ser conocidos por mi red? La utilidad de dar esa visibilidad a mi red sobre quiénes son las personas que la componen es el principal valor que aportan redes como Linked In, que se basan en el principio de los grados de conexión y hacen posibles contactos a través de mi círculo directo, que de otra forma hubiesen sido casi imposibles.

Hasta aquí parece todo claro. Los internautas llegan a las redes sociales una vez que avanzan en su uso de Internet, e Internet es el medio ideal para dar visibilidad a mi red y poder llegar a otras personas a través de mi propia red. Sin embargo, ¿qué es lo que lleva a millones de personas a estar enganchadas a estas redes sociales?, ¿por qué los gigantes como Microsoft, Google o Yahoo están preocupados por cómo las audiencias de Internet gravitan alrededor de estos sitios con unos cuatro años de vida y se alejan de los grandes portales? Hay algo más.

El poder de la comunidad

Imagino que los científicos que en su día idearon el world wide web que terminaría dando la forma a lo que venimos llamando Internet jamás imaginaron que cambiarían la forma en que las personas se relacionan.

Las redes sociales arrasan en las audiencias y mantienen a los usuarios porque logran generar comunidades alrededor de intereses comunes en las que ya no participan solamente mis amigos, sino que, a través de ellos, cada internauta tiene acceso a otra serie de personas con las que comparte intereses, aprecia sus opiniones, influye en sus vidas y en muchos casos ni siquiera ha conocido físicamente.

Las redes sociales que están triunfando son plataformas que permiten que se desarrollen esas comunidades y que les dotan de herramientas para que puedan estar en permanente contacto. Es la comunidad la que me da información, me recomienda, me entretiene y me permite compartir pensamientos e ideas. Porque las redes sociales son auténticas comunidades y porque a ellas acudimos fielmente a diario para ver qué pasa en mi comunidad, están teniendo el éxito que vemos hoy y el interés de los grandes jugadores de Internet por entender qué es lo que mueve al internauta a visitar estos sitios a diario.

Fenómeno pasajero o nueva forma de comunicación

El fenómeno de las redes sociales se extendió de forma exponencial, llegando a crearse cientos de sitios con los intereses más diversos, desde sitios para alumnos y antiguos alumnos de las universidades pertenecientes a la “Ivy League” americana, hasta sitios para buscar amigos a perros. Se llegó a acuñar el término YASN (Yet Another Social Network; “Una red social más”) para el cúmulo de redes que, bajo el concepto de red social y software de creación de vínculos entre miembros de la red, aparecían a diario.

Como todo lo que sube exponencialmente y, para los escépticos que no ven un modelo de negocio en portales que no se sostienen publicitariamente y no tienen un modelo de suscripción, la cuestión era si estos sitios se irían igual que aparecieron o si estábamos ante un nuevo concepto de sitios que estaban aquí para quedarse.

Los datos de audiencia de hoy en día de sitios como Myspace, Facebook o Bebo en Reino Unido o Tuenti en España son una prueba de que realmente no estamos frente a un fenómeno pasajero, sino que vemos en estos sitios una respuesta a esta nueva necesidad de comunicación del internauta de hoy. Un internauta que quiere pertenecer a una comunidad, que busca personas afines que le aporten información, que le recomienden qué música comprar o qué libros leer y con los que crea un vínculo especial que genera una auténtica fidelidad que se traduce en horas de permanencia en estos sitios. Esta audiencia cautiva tiene un indudable valor y justifica el que no se cuestione su viabilidad como auténticos negocios y referentes de los sitios que realmente funcionarán en Internet, los sitios que cautiven audiencia.

Las redes sociales están aquí para quedarse porque han trascendido al software específico de red social que les da su nombre, es decir el que permite relacionar a los miembros de una red social, convirtiéndose en auténticas plataformas de comunicación. Y con quién quiero hablar. Sencillamente con las personas que conozco y con las que ellos conocen y con las personas que comparten mis intereses. Estas personas están en las redes sociales de hoy y porque el ser humano es social por naturaleza, es allí donde satisface su necesidad de comunicación. En estos últimos años, los internautas han descubierto la utilidad última de Internet, el ofrecer la posibilidad de comunicarme con otros y formar auténticas comunidades con personas a las que sólo Internet me da la posibilidad de conocer. Así de sencillo y así de potente.

TELOS

Que cada palo aguante su vela - Discurso del Presidente Óscar Arias en Cancún

Discurso del Dr. Óscar Arias Sánchez, Presidente de la República de Costa Rica, en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe.



Cancún, México
23 de febrero de 2010

Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, amigas y amigos:

Ésta es mi última participación en una cumbre internacional. No pretendo despedirme de América Latina ni del Caribe. Los sueños de esta región los llevo atados al centro de mi vida. Pero sí debo despedirme de ustedes, colegas, hermanos, compañeros de viaje. Debo despedirme de este auditorio que resume, en un racimo de voces, las esperanzas de 600 millones de personas, casi una décima parte de la humanidad. Es en nombre de esa estirpe latinoamericana que quiero compartir con ustedes algunas reflexiones. Es en nombre de la prosapia que habita más allá de estas puertas, y que exige de nosotros la osadía de construir un lugar más digno bajo el sol.

A pesar de los discursos y de los aplausos, lo cierto es que nuestra región ha avanzado poco en las últimas décadas. En ciertas áreas, ha caminado resueltamente hacia atrás. Muchos quieren abordar un oxidado vagón al pasado, a las trincheras ideológicas que dividieron al mundo durante la Guerra Fría. América Latina corre el riesgo de aumentar su insólita colección de generaciones perdidas. Corre el riesgo de desperdiciar, una vez más, su oportunidad sobre la Tierra. Nos corresponde a nosotros, y a quienes vengan después, evitar que eso suceda. Nos corresponde honrar la deuda con la democracia, con el desarrollo y con la paz de nuestros pueblos, una deuda cuyo plazo venció hace siglos.

Honrar la deuda con la democracia quiere decir mucho más que promulgar constituciones políticas, firmar cartas democráticas o celebrar elecciones periódicas. Quiere decir construir una institucionalidad confiable, más allá de las anémicas estructuras que actualmente sostienen nuestros aparatos estatales. Quiere decir garantizar la supremacía de la ley y la vigencia del Estado de Derecho, que algunos insisten en saltar con garrocha. Quiere decir fortalecer el sistema de pesos y contrapesos, profundamente amenazado por la presencia de gobiernos tentaculares, que han borrado las fronteras entre gobernante, partido y Estado. Quiere decir asegurar el disfrute de un núcleo duro de derechos y garantías fundamentales, crónicamente vulnerados en buena parte de la región latinoamericana. Y quiere decir, antes que nada, la utilización del poder político para lograr un mayor desarrollo humano, el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestros habitantes y la expansión de las libertades de nuestros ciudadanos.

No se debe confundir el origen democrático de un régimen con el funcionamiento democrático del Estado. Hay en nuestra región gobiernos que se valen de los resultados electorales para justificar su deseo de restringir libertades individuales y perseguir a sus adversarios. Se valen de un mecanismo democrático, para subvertir las bases de la democracia. Un verdadero demócrata, si no tiene oposición, debe crearla. Demuestra su éxito en los frutos de su trabajo, y no en el producto de sus represalias. Demuestra su poder abriendo hospitales, caminos y universidades, y no coartando la libertad de opinión y expresión. Un verdadero demócrata demuestra su energía combatiendo la pobreza, la ignorancia y la inseguridad ciudadana y no imperios extranjeros y conspiraciones imaginarias. Esta región, cansada de promesas huecas y palabras vacías, necesita una legión de estadistas cada vez más tolerantes, y no una legión de gobernantes cada vez más autoritarios. Es muy fácil defender los derechos de quienes piensan igual que nosotros. Defender los derechos de quienes piensan distinto, ése es el reto del verdadero demócrata. Ojalá nuestros pueblos tengan la sabiduría para elegir gobernantes a quienes no les quede grande la camisa democrática.

Y ojalá también sepan resistir la tentación de quienes les prometen vergeles detrás de la democracia participativa, que puede ser un arma peligrosa en manos del populismo y la demagogia. Los problemas de Latinoamérica no se solucionan con sustituir una democracia representativa disfuncional, por una democracia participativa caótica. Parafraseando a Octavio Paz, me atrevo a decir que en nuestra región la democracia no necesita echar alas, lo que necesita es echar raíces. Antes de vender tiquetes al paraíso, preocupémonos primero por consolidar nuestras endebles instituciones, por resguardar las garantías fundamentales, por asegurar la igualdad de oportunidades para nuestros ciudadanos, por aumentar la transparencia de nuestros gobiernos, y sobre todo, por mejorar la efectividad de nuestras burocracias. Mi experiencia como gobernante me ha comprobado que los nuestros son Estados escleróticos e hipertrofiados, incapaces de satisfacer las necesidades de nuestros pueblos y de brindar los frutos que la democracia está obligada a entregar.

Esto tiene serias consecuencias sobre nuestra capacidad de honrar la segunda deuda que he querido mencionarles, la deuda con el desarrollo. Una deuda que, repito, tenemos que honrar nosotros. Ni el colonialismo español, ni la falta de recursos naturales, ni la hegemonía de Estados Unidos, ni ninguna otra teoría producto de la victimización eterna de América Latina, explican el hecho de que nos rehusemos a aumentar nuestro gasto en innovación, a cobrarle impuestos a los ricos, a graduar profesionales en ingenierías y ciencias exactas, a promover la competencia, a construir infraestructura o a brindar seguridad jurídica a las empresas. Es hora de que cada palo aguante la vela de su propio progreso.

¿Con qué derecho se queja América Latina de las desigualdades que dividen a sus pueblos, si cobra casi la mitad de sus tributos en impuestos indirectos, y la carga fiscal de algunas naciones en la región apenas alcanza el 10% del Producto Interno Bruto? ¿Con qué derecho se queja América Latina de su subdesarrollo, si es ella la que demuestra una proverbial resistencia al cambio cada vez que se habla de innovación y de adaptación a nuevas circunstancias? ¿Con qué derecho se queja América Latina de la falta de empleos de calidad, si es ella la que permite que la escolaridad promedio sea de alrededor de 8 años? Y sobre todo, ¿con qué derecho se queja América Latina de su pobreza si gasta, al año, casi 60.000 millones de dólares en armas y soldados?

La deuda con la paz es la más vergonzosa, porque demuestra la amnesia de una región que alimenta el retorno de una carrera armamentista, dirigida en muchos casos a combatir fantasmas y espejismos. Demuestra, además, la total incapacidad para establecer prioridades en América Latina, una práctica que impide la concreción de una verdadera agenda para el desarrollo. Hay países que sufren conflictos internos, que pueden justificar un aumento en sus gastos de defensa nacional. Pero en la gran mayoría de nuestras naciones, un mayor gasto militar es inexcusable ante las necesidades de pueblos cuyos verdaderos enemigos son el hambre, la enfermedad, el analfabetismo, la desigualdad, la criminalidad y la degradación del medio ambiente. Es lamentable que en estaCumbre de la Unidad se reúnan países que se arman los unos contra los otros. Y es también lamentable que en esta Cumbre de la Unidad se encuentre ausente el Gobierno de Honduras, cuyo pueblo es víctima del militarismo y no merece castigo, sino auxilio.

Si hace veinte años me hubieran dicho que en el 2010 estaría todavía condenando el aumento del gasto militar en América Latina, probablemente me habría sorprendido. ¿Cómo, después de haber visto los cuerpos destrozados de jóvenes y niños heridos en la guerra, podía esta región anhelar un retorno a las armas? ¿Cómo habría de permitir el dantesco desfile de cohetes, misiles y rifles que pasa frente a pupitres desvencijados, loncheras vacías y clínicas sin medicinas? Algunos dirán que me equivoqué al confiar en un futuro de paz. No lo creo. La esperanza nunca es un error, no importa cuántas veces sea defraudada.

Yo aún espero un nuevo día para América Latina y el Caribe. Espero un futuro de grandeza para nuestros pueblos. Llegará el día en que la democracia, el desarrollo y la paz llenarán las alforjas de la región. Llegará el día en que cesará el recuento de las generaciones perdidas. Puede ser mañana, si nos atrevemos a hacerlo. Puede ser el próximo año, la próxima década o el próximo siglo. Por mi parte, yo seguiré luchando. Sin importar las sombras, seguiré esperando la luz al final del arcoíris. Seguiré luchando hasta el día que llegue.

Queridos amigos y amigas

Compartir con ustedes este foro, al igual que muchos otros más, ha sido para mí sumamente honroso y un verdadero privilegio. Esta es mi última cumbre y al decirles adiós, quiero que sepan que en Óscar Arias tendrán siempre a un amigo de verdad.

Muchas gracias

Tuesday, February 23, 2010

¿Colapso eléctrico a la vista?

El Nuevo Herald reporta que en medio de la peor crisis eléctrica en la historia de Venezuela, los funcionarios chavistas están echando mano a toda clase de medidas para evitar una debacle, incluyendo un inesperado recurso: los salmos del Antiguo Testamento y sesiones de oración colectiva.

Comenta el periodista Casto Ocando que la inusitada decisión de convocar a una ceremonia de "Clamor a Dios por el Sector Eléctrico Nacional'', en una carta del 4 de febrero firmada por Igor Gavidia León, presidente de la estatal Electrificación del Caroní (Edelca), una de las mayores proveedoras de electricidad del país, sorprendió a trabajadores y empleados, e ilustró el drama que está causando la crisis en sectores gubernamentales.

La carta de Gavidia invitó a una hora de plegarias el pasado viernes en la sede de Edelca en Puerto Ordaz, en el sur del país, bajo la creencia de que "se cumplirá lo que el Señor ha establecido en su palabra para nuestra Empresa''.

Pero el gobierno necesitará mucho más que clamores divinos para encarar una potencial catástrofe energética.

La política de racionamientos e incentivos para ahorrar energía podría hacer muy poco a fin de evitar un colapso que sumiría al país en un inédito escenario de masivos apagones en pocos meses.

Según coinciden expertos tanto gubernamentales como opositores e independientes, tan pronto como en la segunda semana de mayo Venezuela podría ver desconectada de un día para otro más del 40 por ciento de su energía eléctrica, cuando ya no llegue suficiente agua para mover las turbinas del complejo hidroeléctrico de Guri, el mayor del país.

La persistente sequía en el sur del país está reduciendo el nivel del embalse Guri a razón de 12 centímetros por día. Las turbinas del complejo se detendrán cuando el nivel de la represa baje de la cota crítica de 240 metros sobre el nivel del mar, y podrían permanecer detenidas por meses, advirtieron especialistas e informes oficiales.

"Nunca antes habíamos visto una situación tan degradada, tan arruinada del sector eléctrico'', dijo a El Nuevo Herald Víctor Poleo, académico de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y director del Ministerio de Energía entre 1999 y el 2001. "Y lo peor es que el gobierno no tiene idea del desastre que va a ocurrir aquí''.

Los efectos de la sequía son tan graves que podría tomar hasta un año recuperar los niveles de funcionamiento de Guri, debido a los fuertes veranos que se pronostican para este y el próximo año, aseguró Poleo.

La estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), no ahorró dramatismo para definir lo que sobrevendrá a mediados de año en un reporte de diciembre: "Estaríamos enfrentando una severa crisis energética en 120 días, llevándonos a un colapso eléctrico nacional''.

El tema del recorte eléctrico está causando un duro impacto político para el gobierno del presidente Hugo Chávez, y está definiendo la agenda política de un chavismo preocupado por los efectos en las elecciones parlamentarias de septiembre.

Según una encuesta de la firma Datos dada a conocer a fines de enero, 70 por ciento de los venezolanos está en contra de las medidas de racionamiento eléctrico.

Según Joseph Saade, presidente de Datos, tres de cada cuatro venezolanos se sienten afectados por el racionamiento, mientras que apenas 19 por ciento asegura que el problema eléctrico "le afecta poco''.

El drama de la coyuntura energética quedó plasmado esta semana en las súplicas de Gavidia, bajo cuya jurisdicción está el complejo hidroeléctrico de Guri.

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado y oraren y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra (2 Crónica 7:14)'', indicó la circular oficial citando el texto bíblico.

La emergencia ha obligado al gobierno a ordenar cronogramas de recortes en todo el país, y un programa de compras masivas de plantas eléctricas en el mercado internacional para enfrentar apagones masivos en las principales ciudades.

El decreto de emergencia que se publicó en Gaceta Oficial el pasado lunes 8, autorizó al ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez Araque, a dictar por vía de excepción ‘‘medidas especialísimas'' que éste "considere pertinentes'' para garantizar el suministro eléctrico.

Los recortes resultaron tan impopulares en la capital venezolana cuando entraron en vigencia el 12 de enero, que el gobierno los suspendió de inmediato, por temor a incrementar las tensiones sociales.

Chávez anunció además un plan de cooperación con países como Cuba, Argentina, Brasil y Rusia, cuyos técnicos asistirán a Venezuela en la recuperación de su infraestructura eléctrica.

En otra medida polémica, el pasado 4 de febrero Chávez anunció la llegada a Venezuela del comandante cubano Ramiro Valdés, vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba, que vino oficialmente al frente de una comisión de expertos eléctricos.

La visita de Valdés a Caracas generó numerosas expresiones de rechazo y críticas, principalmente por un pasado vinculado a la represión en Cuba, y por falta de experiencia en temas eléctricos.

"No se mueve a un tipo como Valdés para que venga a explicarnos como racionar la luz. Para eso es suficiente con mandar ingenieros eléctricos cubanos, comunes y corrientes, verdaderos expertos en apagar la luz'', ironizó en un editorial del pasado 8 de febrero Teodoro Petkoff, director del diario Tal Cual, de Caracas.

Los críticos también pusieron de relieve la baja eficacia de los aportes cubanos a la generación eléctrica en Venezuela.

Entre el 2008 y el 2009, técnicos cubanos instalaron unas 30 plantas eléctricas en diversas zonas del país, que suministran un total de 419 MW, según un informe del Centro Nacional de Gestión (CNG), de fines del 2009.

Pero se trata de plantas eléctricas de vieja tecnología y de poca duración, que ‘‘operan con altos costos porque queman mucho gasoil'', dijo Miguel Lara, ex gerente de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados (Opsis), que controla la red eléctrica nacional.

Lara indicó que a través de este intercambio Cuba vende las plantas que adquiere en otros mercados, y con estas operaciones se mantiene una triangulación con Venezuela.

Echando mano a todas las opciones posibles, el gobierno también anunció que destinará $4,000 millones para comprar plantas eléctricas que funcionan a base de diésel, y operan sobre barcazas móviles, para añadir 2,000 megavatios (MW) de energía al llamado Sistema Interconectado Nacional.

En la actualidad, el déficit energético asciende a unos 4,000 MW, sin contar el déficit que se añadiría si se paraliza Guri. En total, la demanda energética del país es de unos 17,000 MW.

Chávez también emitió un decreto esta semana que introdujo incentivos al ahorro y castigos al consumo excesivo de energía, en un esfuerzo por alejar el espectro de la debacle eléctrica.

Pero la forma cómo hizo el anuncio del decreto, en la medianoche del pasado lunes 8, levantó polvareda.

"No puede ser que un decreto sobre la luz eléctrica, un tema tan importante, que afecta la calidad de vida de todos, se dicte a altas horas de la noche. ¿A qué le teme el presidente? ¿Por qué hacerlo a escondidas?", cuestionó en un comunicado Aixa López, representante del grupo Usuarios Afectados por los Apagones, en un comunicado.

Hasta ahora, aunque el gobierno ha admitido retrasos e ineficacias en el manejo oficial del sistema eléctrico, ha explicado que no es el único a responsabilizar, y que también hay otros "culpables'': los desórdenes climáticos, los gobiernos anteriores a Chávez, y hasta "el imperialismo yanqui''.

"Que ha habido algunos retardos en algunas obras, sí es verdad. Que hubo un manejo ineficiente en algunos espacios, sí es verdad. Pero la causa única del racionamiento eléctrico es la sequía'', dijo Chávez durante su mensaje anual ante la Asamblea Nacional, el pasado 2 de febrero.

Recientemente Chávez también culpó a las sequías supuestamente producidas por el fenómeno climático de El Niño, un choque de corrientes submarinas en la costa pacífica de América del Sur que se produce cíclicamente, y trastorna el clima continental.

Chávez también ha responsabilizado de la crisis a "los escuálidos'', un epíteto despectivo que usa para definir a la oposición.

"Si alguien tiene la culpa de la crisis eléctrica son los escuálidos, que gobernaron 50 años y no hicieron nada para que el país tuviera estructuras adecuadas para el tema eléctrico'', dijo Chávez durante una cadena nacional a mediados de enero.

Agregó que los escuálidos "no son sino una ficha del imperio yanqui'', que "los mueve a su antojo y los maneja en el discurso'' y les ordena: "Ataquen por ese lado'' [el de la crisis eléctrica].

Sin embargo, de acuerdo con un creciente consenso entre expertos e informes oficiales consultados por El Nuevo Herald, las causas reales de la crisis eléctrica tienen razones muy distintas: ausencia de inversiones, falta de mantenimiento y la deforestación ambiental descontrolada en las cuencas que alimentan los complejos hidroeléctricos como Guri.

"El fenómeno de El Niño lo que genera es lluvia, no sequía'', dijo el ecologista Leobardo Acurero, investigador del Centro de Investigación e Información Ecológica (CINECO), con sede en Barquisimeto, en el estado centroccidental de Lara.

Acurero expuso a El Nuevo Herald que la sequía que afecta al Guri se debe en buena medida a la tala indiscriminada causada por la pequeña minería en el sur del país, una actividad promovida y protegida por el gobierno.

"Esta destrucción ecológica sobre todo por la minería que nadie había querido detener, aunque fue previamente señalada, es la genuina causa de esa nefasta y gradual tendencia de poner en peligro la energía eléctrica de todo el país'', aseguró Acurero.

Según Fernando Branger, investigador del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), a pesar de que desde el 2000 se había proyectado un aumento del consumo eléctrico por razones de crecimiento demográfico, "no se dieron los pasos para garantizar el incremento en el suministro''.

Branger indicó que los planes de inversión proyectados se han ejecutado en menos del 50 por ciento, y dijo que no hay razones para pensar que la eficacia oficial haya mejorado.

Poleo dijo que la crisis se produjo por factores como falta de personal, ausencia de mantenimiento y planificación, y la corrupción administrativa.

"Ha habido una militarización y cubanización del sector eléctrico con resultados ineficaces'', dijo Poleo.

Citó el caso de Plantacentro, la planta termoeléctrica más grande del país, que a principios del 2000 contaba con cinco turbinas que generaban 2,000 MW.

"Actualmente el promedio de funcionamiento es de 1.2 turbinas y producen un máximo de 375 MW'', precisó.

Poleo estimó además que en 11 años de revolución bolivariana, se invirtieron unos $35,000 millones en el sector. Pero de cada $100 invertidos, apenas unos $24 fueron ejecutados en proyectos eléctricos, señaló.

"No hubo planificación ni inversiones de mantenimiento'', dijo José Curiel, ex ministro de Obras Públicas, que estudió a fondo las causas de la crisis eléctrica.

Curiel especificó que en los últimos cuatro años se incorporó apenas el 30 por ciento de los 5,500 MW que debían añadirse a la red nacional, con casi una decena de proyectos retrasados o paralizados.

Según Curiel, existen dos centrales hidroeléctricas (La Vueltosa, en Barinas, y Tocoma, en Bolívar) y cuatro plantas termoeléctricas (Anzoátegui, Guárico, Miranda y Bolívar), que están atrasadas en su construcción.

También agregó que dos plantas eléctricas inconclusas no han podido comenzar a producir energía eléctrica en los estados Falcón y Barinas.

"En estas condiciones el racionamiento eléctrico continuará por los próximos cinco años'', precisó.

Curiel refutó la aseveración de Chávez de que los gobiernos de la era democrática no hicieron suficiente para mejorar la infraestructura eléctrica.

Dijo que de 99 represas fabricadas en Venezuela desde que se construyó la primera en 1869, 15 se construyeron durante la primera mitad del siglo XX, y que entre 1960 y 1998 se construyeron 81 reservorios de agua, varios de ellos para generación eléctrica.

"En 11 años, Chávez apenas inició la construcción de dos, y todavía no las ha terminado'', subrayó.

De acuerdo con un reporte de Corpoelec del 20 de enero, la estatal Compañía Anónima de Administración y Fomento Eléctrico (CADAFE), la mayor filial del conglomerado que administra 12 plantas termoeléctrica en todo el país, está funcionando apenas a 23 por ciento de su capacidad instalada debido a fallas y falta de mantenimiento.

En teoría, Cadafe debería suministrar alrededor de 4,000 MW, poco más del 40 por ciento de la demanda nacional de energía eléctrica, pero en enero apenas producía 921 MW, con sólo 16 de las 45 unidades de generación en funcionamiento.

El corte energético podría producir un impacto negativo de hasta 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) por la paralización del aparato económico, estimó el experto José Manuel Aller, académico de la Universidad Simón Bolívar (USB).

Para Carlos Larrazábal, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), la producción de bienes tendría una reducción de hasta 31 por ciento, debido a la escasez de materia prima y la energía racionada.

De hecho, las empresas estatales que procesan y producen hierro, acero y aluminio, están funcionando a 60 por ciento de su capacidad, lo cual ha causado impactos en industrias como construcción y metalmecánica, aseguró Poleo.

El racionamiento eléctrico ya está generando problemas en zonas industriales del país como el estado Carabobo, en el centro del país.

"Se está destruyendo el aparato productivo de la región'', dijo Williams Rojas, directivo de la Cámara de Pequeños y Medianos Industriales de Carabobo.

Rojas advirtió que cientos de empresas se verán obligadas a cerrar sus puertas debido a los bajos niveles de producción a causa de los recortes eléctricos, lo cual a su vez generará "una crisis de abastecimiento de muchos rubros'' de consumo.

Una potencial debacle "no tiene remedio inmediato'' e impondrá "tremendos sacrificios en la reducción del consumo de energía, lo cual significa reducir la producción nacional'', estimó el empresario Ricardo Zuloaga, cuya familia fundó en 1895 la firma Electricidad de Caracas, nacionalizada en el 2007.

Anticipando un escenario probable, Poleo explicó en detalle qué pasará cuando se produzca el colapso eléctrico al detenerse las turbinas de la represa del Guri.

"El racionamiento aumentará. La actividad económica del país se vendrá abajo. Es fácil imaginar lo que viene'', dijo. "Esto conduce a una gran conmoción social. Y es algo irreversible''.

Wednesday, February 17, 2010

¡Apaguen las luces!

CARLOS TEJERA

Pese al racionamiento, el crecimiento del consumo eléctrico seguirá en aumento

Un diagnóstico elaborado en el Comité de Ingeniería y Química de VenAmCham sobre la crisis en el sector eléctrico revela que el consumo de energía en Venezuela ha aumentado a una tasa del 4.5% inter-anual desde 1999 a 2008. En 1999, la tasa era de 78.8 mil GW horas y en 2008 creció a 117.7 mil GW horas.

Por más racionamiento que se proponga el gobierno, el crecimiento del consumo energético seguirá en aumento, por lo tanto, la verdadera respuesta tiene que ser el aumento de la capacidad de generación.

Existe un retraso de 1.700 MW en el programa venezolano de generación, y este diferencial no puede ser compensado por la generación hidroeléctrica en un futuro cercano.

Durante muchos años, nosotros los venezolanos hemos dado por sentado que tenemos mucha energía barata, particularmente la gasolina y la energía eléctrica. Hemos sido bendecidos con los abundantes recursos de las aguas de la cuenca del Caroni, una de las más importantes del mundo, beneficiándonos de represas hidroeléctricas construidas en esa cuenca desde la década de los años 60.

La abundancia del suministro de energía eléctrica es un recurso del que hemos disfrutado, particularmente para el desarrollo de importantes industrias del aluminio y del acero, ubicadas en Guayana. Sin embargo, no todo era perfecto: ya, durante los últimos diez años, muchas áreas del país han estado subatendidas y diversas regiones de Venezuela han venido sufriendo déficits en el suministro de energía eléctrica.


Durante estos últimos anos hemos estado recibiendo señales constantes y progresivas de que nuestros días de abundancia energética están por terminar. El creciente número de apagones importantes que desde el año 2008 se vienen registrando en los principales centros urbanos de Venezuela, las advertencias gubernamentales y los cortes programados del servicio eléctrico plantean gran inquietud sobre las perspectivas de la capacidad de generación instalada en Venezuela parta satisfacer la creciente demanda interna.

En vista de esta situación, solicitamos información al Comité de Ingeniería y Química de VenAmCham y a otros profesionales competentes en esa materia. Lo que recogimos plantea serias inquietudes tanto para el sector industrial como para el residencial y estamos convencidos de que deberán adoptarse medidas muy urgentes para corregir una situación en franco deterioro.


El sector energético se reduce a una simple ecuación matemática donde el suministro de energía siempre deberá ser superior a la demanda para garantizar la estabilidad del sector y el progreso de la sociedad. Ahora bien, en Venezuela, por el lado de la demanda, el crecimiento registrado en los últimos años ha sido importante. Si nos comparamos con el resto del mundo, el consumo de energía per cápita anual en Venezuela (3,078 Kilovatios/hora/habitante) se ha ubicado por encima del promedio registrado en el ámbito mundial (2,756 KWh/hab.). Desde un punto de vista regional, aún cuando Venezuela genera anualmente solamente un cuarto de la energía eléctrica registrada por Brasil, somos el país donde se registra el mayor volumen de consumo per cápita en America Latina.

Mayor consumo en los sectores D y E

El consumo de energía en Venezuela se ha incrementado a una tasa del 4.5% interanual desde 1999 hasta el 2008. En el año 1999, el consumo total alcanzó a 78.8 mil GWh (Gigavatios hora) y, en el 2008, se elevó hasta 117.7 mil GWh; durante los últimos 5 años del período se registraron índices pico de crecimiento interanual que se ubicaron entre 7.4% y 8%. Este ritmo de crecimiento continuo es importante pero ¿donde se encuentra este crecimiento en el consumo de energía? El análisis de las estadísticas registradas permitió determinar que no fue en el sector industrial, en el cual solamente ha crecido a una tasa de 1.5% interanual. Ese ritmo de crecimiento del consumo de energía eléctrica en este sector resulta preocupante, ya que evidencia la depresión económica que allí se esta sufriendo, es decir, en el sector industrial este consumo está creciendo a una tasa inferior a la que se observa en el incremento del consumo de la población.

Durante los últimos 5 años, el consumo en el sector residencial se ha incrementado a una tasa del orden de 7.1% interanual y en el sector comercial, el mismo registró un crecimiento del 7.8% interanual. La mayor parte del crecimiento del consumo residencial se ubica en las áreas de clientes atendidos por las empresas de CADAFE y esto se atribuye, en gran parte, a mayores ingresos percibidos por los más bajos estratos de la población. Este importante sector de la población ha invertido este crecimiento de ingresos en el mejoramiento de su calidad de vida. Cabe citar como ejemplo el consumo de gas doméstico, que en los estratos D y E consiste básicamente en el uso de pequeñas bombonas metálicas de gas recargables que son utilizadas para cocinar y que están siendo sustituidas por hornillas eléctricas. Las razones son: (a) dificultades para conseguir el gas doméstico, y (b) el largo y tedioso proceso de bajar la bombona vacía desde sus barrios, para luego volver a subirla llena y a cuestas y c) el costo que implica el proceso de la reposición.

El incentivo adicional para el cambio del tipo de energía es, por supuesto, la utilización de la electricidad que antes usaban para iluminar su vivienda que, en la mayoría de los casos, en esos estratos de la población no se controla ni se mide el consumo y, en consecuencia, los usuarios no pagan por el servicio de la electricidad.


El consumo de energía no facturado en Venezuela, en el año 2008, alcanzó al 28%, del volumen generado y despachado, índice que representa casi el doble al comparase con el registrado en otros países de America Latina. Por otra parte las tarifas de electricidad en Venezuela, salvo algunas excepciones, no han sido ajustadas desde 2002, período durante el cual el índice de inflación registró un incremento promedio superior al 20% interanual.

Dentro de estas circunstancias con una energía eléctrica barata, en esos estratos, han evolucionado nuevos hábitos de consumo de electricidad. La población está adquiriendo otros productos que mejoran su calidad de vida y ese natural proceso contribuye a un mayor consumo de energía eléctrica, por la utilización de nuevos artefactos eléctricos, tales como: además de las cocinillas eléctricas, secadores de pelo, tostadoras, lavadores, secadoras de ropa y hasta aparatos de aire acondicionado entre otros. Evidentemente, cuando un porcentaje superior al 50% de la población está consumiendo más electricidad, eso tiene un importante impacto en el crecimiento del consumo y en la futura demanda de energía.

Por el lado del sector comercial, el mayor poder adquisitivo de amplios sectores de la población, se tradujo en más compras y, por ende, en mayor actividad comercial. No obstante, por cuanto se ha observado un estancamiento de la actividad de la producción industrial local, ello repercutió en un incremento importante del volumen de importaciones en variados renglones. La actividad del sector comercial se ha incrementado como consecuencia de que existe un mayor volumen de población de los estratos D y E con mayor poder adquisitivo acudiendo al mercado de productos operados con electricidad.

Es importante señalar la forma en que ha variado el crecimiento del consumo de la electricidad en el país. En lo que va del año, la Electricidad de Caracas (EDC), el proveedor de energía para la gran capital, ha crecido 4.1% por encima del registrado en el 2008, lo que representa el índice promedio nacional registrado en los últimos 10 años. Enelven, el proveedor que suministra energía eléctrica en la región occidental del Zulia y principalmente a Maracaibo, sus clientes facturados representan el 10.3% del consumo eléctrico nacional. Durante el mes de Septiembre pasado, en esta región atendida por Enelven, el consumo creció 15,6% y, en lo que va del presente año, se elevó 7,3% por encima del mismo período del 2008. Vale la pena destacar que tan solo en las 3 áreas atendidas por CADAFE (Oriente, Centro y Occidente), durante un período de nueve meses del 2009 se registró el 40,9% del consumo facturado de energía eléctrica en el ámbito nacional donde el incremento absoluto resultó 2,7% (97,8MWh Megavatios/hora) por encima del incremento total registrado en todo el país,. Hasta Septiembre, según la información publicada, CADAFE registró un volumen de electricidad facturada que se ubicó 11% por encima de lo registrado en ese mismo período en el año 2008, casi 3 veces más elevado que el incremento promedio a nacional (4,1%).

Déficit en la generación de electricidad

En lo que respecta a la capacidad instalada de generación de energía eléctrica, la situación es diferente. La capacidad nominal de generación de energía, a partir del año 2000 se incrementó desde 19.6 mil MW (Megavatios) hasta 23.5 mil MW en el año 2009. Por lo tanto, el crecimiento se ubicó en 2.1% interanual, es decir, a un ritmo más lento que el registrado por la demanda de potencia y el consumo nacional. Del total de la generación de energía eléctrica registrado en el mes de Septiembre del 2009, el 95,6% se ubicaba en tan solo 4 empresas de las cuales EDELCA representó el 59,4%, CADAFE el 19.2%, EDC 9.2%, ENELVEN el 7,8% y el 6,4% restante en las otras empresas. Debe aclararse que Venezuela está excepcionalmente dotada de una capacidad de generación de energía limpia por cuanto el 63% de su potencial es hidroeléctrico. En el ámbito mundial, la porción de generación de energía hidroeléctrica promedio es de tan solo el 14%. Esto le da al país un privilegio en lo que se refiere a recursos energéticos renovables limpios.

Cabe resaltar además que la energía hidroeléctrica generada en el país equivale a un ahorro de más de 52,3 millones de barriles equivalentes de petróleo.


No obstante, esas son cifras nominales que se refieren a la capacidad instalada. Los valores de la efectiva disponibilidad de energía eléctrica producida son muy inferiores, debido a diversos factores: obsolescencia de equipos de las plantas térmicas, paralización de unidades de las plantas y presas instaladas, problemas derivados de insuficiente y oportuno mantenimiento entre otros varios aspectos. Más aun, el problema más inmediato no es la falta de capacidad total de generación sino más bien el hecho de que la potencia total generada en algunas oportunidades resulta insuficiente para cubrir los consumos picos de la demanda de energía. A partir del año 2002 el pico de la demanda máxima de potencia en el ámbito nacional se incrementó a un índice de 4,4% interanual, desde 12.800 MW hasta los 16.300 MW alcanzados en el 2008. Para el mes de septiembre del 2009 en el sistema eléctrico nacional se alcanzó el record histórico de la demanda de potencia de energía eléctrica, que se elevó a 17.337 MW.

Como fue señalado anteriormente, la ecuación del problema es muy simple: aún cuando la capacidad nominal de generación instalada es de 23.500 MW, la disponibilidad efectiva de esa capacidad es significativamente inferior y la exigencia de la demanda de energía eléctrica, en su nivel pico ha sobrepasado los 17 mil MW. En consecuencia se aprecia que, en las condiciones actuales, no habrá suficiente energía eléctrica para satisfacer la creciente demanda de la población.


Un patrón de consumo

Cuando se analizan los hábitos de consumo y demanda se puede apreciar que durante 5 días de semana (lunes a viernes) del año 2008, la demanda de potencia promedio de energía eléctrica se ubicó en 15.6 mil MW, mientras que ya para el mes de septiembre del 2009 se incrementó en más de 1.300 MW, hasta un pico superior a los de 16.900MW. Se aprecia también que en los 2 años comparados, el consumo durante los fines de semana se reduce alrededor de 1.000 MW.

En el análisis del comportamiento estacional se aprecian también 2 picos importantes durante el año. El primero que va desde Abril hasta Junio, y el otro que se inicia en Septiembre hasta el mes de Noviembre. Curiosamente, la Navidad no es un mes pico y, en consecuencia, una de las medidas de contingencia propuestas por las autoridades gubernamentales ''prohibición de luces de decoración navideñas'' no será de mucha ayuda para solucionar el problema energético planteado. Por lo anteriormente señalado, no debería ser ninguna sorpresa comprender que las crisis energéticas recientes hayan coincidido con este comportamiento estacional de la demanda.


Los efectos de los frecuentes apagones registrados en el país son importantes y generan un sentimiento de disminución de la calidad de vida del venezolano. Por supuesto, el sector residencial sufre las molestias e inconvenientes de quedarse sin energía, con efectos que van desde los ascensores detenidos hasta los aparatos caseros y equipos eléctricos que además de no funcionar resultan dañados; la comida deteriorada y el incremento de los niveles de inseguridad nocturna. Pero el impacto en el sector industrial es particularmente preocupante. Cuando se produce un apagón inesperado que afecta una planta de procesamiento, se crean un sinnúmero de problemas con graves consecuencias.

Esas caídas de corriente eléctrica en pleno proceso de producción pueden ocasionar que exploten los circuitos y los motores eléctricos, perdida de los materiales en proceso ya sea por enfriamiento o calentamiento, bloqueo de los sistemas y, además suelen dar origen a conatos de incendio y posibles accidentes en el personal operativo.

En la industria alimenticia es sabido que un apagón relativamente corto puede detener una planta por completo, y que ante tal situación esta podría verse obligada a suspender sus operaciones por varios días hasta que el material dañado del sistema sea purgado y desechado.

Como resultado de esa situación se reduce la producción normal, los costos se elevan y parcialmente son trasladados al precio de los productos que llegarán a los consumidores. Por lo tanto, los déficit de productos en el mercado y los mayores precios registrados también son una de las consecuencias de las fallas en el suministro de energía eléctrica a la industria nacional. En el área de Valencia, una de las principales zonas industriales del país, se ha observado disminuida su demanda de energía. Desde hace tiempo en esa zona industrial están sufriendo el efecto de los continuos apagones que progresivamente se producen en todo el territorio nacional.


Para mejorar la situación

¿Qué podría hacerse para manejar esta situación? El consumo en Venezuela sigue aumentando a una tasa del 4.2% anual. El gobierno está hablando de un plan de reducción del consumo de energía en el orden de un 20%. Pero la pregunta es: ¿seria esto efectivo? y ¿pudiera hacerse?

Desde finales del 2006, las autoridades del gobierno nacional implementaron un plan nacional de reemplazo de bombillos, según el cual, 70 millones de bombillos convencionales serían reemplazados por bombillos de bajo consumo y más eficientes. Aunque fue ridiculizado en su momento, el plan sí tuvo un impacto positivo en la demanda de potencia en las horas pico nocturnas, reduciéndola en más de 800 MW. Pero, el aumento intrínseco del consumo de energía en horas nocturnas en el sector residencial absorbió gran parte de esta reducción en el pico de la demanda máxima comprendido entre las 7 y las 10 de la noche de los últimos meses del año 2007, cuando se terminó de ejecutar el plan.

El crecimiento del consumo de energía eléctrica para ese año 2007 se redujo del 6,6% al 2%. Pero en el 2008 y en el presente año 2009 el consumo nacional de energía eléctrica acumulados hasta mes de Septiembre habían remontado 4,1% por encima del registrado en el mismo período del 2008.

Las necesidades de energía eléctrica en Venezuela simplemente siguen creciendo a un paso extraordinario.

Como se señaló con anterioridad, no es el crecimiento industrial el origen de la elevación de la demanda sino en el consumo registrado en sectores de la población que aumentan su demanda al mejorar su calidad de vida. Tampoco se limitó ese mayor crecimiento del consumo a las grandes ciudades solamente, sino también se pudo observar en áreas suburbanas y rurales, con una población ubicada en los bajos estratos de ingresos.


Las autoridades gubernamentales también han acudido a otras vías para reducir la demanda de potencia. En las horas pico de demanda de potencia, en algunas oportunidades, las autoridades han optado por ordenar el apagar la operación de los hornos de la planta de acero SIDOR.

Esta medida aplicada a las acerías de SIDOR puede reducir la demanda en más de 600 MW. Con este mismo objetivo, el gobierno ha estado estudiando paralizar una parte de la producción de aluminio en Guayana, lo que podría ahorrar más de 1.000 MW.

No obstante, cabe señalar que esa sería una medida provisional que sin duda afectará la productividad de nuestras industrias básicas y ciertamente no ayudaría a resolver los importantes problemas laborales que confrontan actualmente estas empresas públicas en el estado Bolívar.

Podría decirse que gracias al bajo perfil de la operación de nuestras industrias, ubicadas en las zonas industriales de Guayana, Valencia y hasta las petroleras del oriente del país atendidas por Edelca, son las que han estado compensando el déficit del balance de energía eléctrica nacional. Por otra parte, cabe destacar que la atención del consumo de electricidad en la gran Caracas ha estado protegida en forma excepcional debido a consideraciones de política de estado.


Por más racionamiento que se propongan las autoridades del gobierno, el crecimiento del consumo eléctrico seguirá en aumento.

Por lo tanto, la verdadera respuesta tiene que ser el aumento de la capacidad de generación.

Debido a la estacionalidad del consumo, se perfila un corto período de gracia que va desde Enero hasta Marzo del 2010, pero después del cual se verá la llegada de la primera estación pico y el déficit existente podrá empeorar significativamente si no se logran solucionar los problemas existentes en la capacidad de generación instalada y en expansión. Pero, todos sabemos que es más fácil hablar de un aumento de la capacidad de generación eléctrica que hacerlo realidad.

Existe un retraso en los programas nacionales de expansión que representaron una disminución del orden de más de1.770 MW de generación que debería estar en operación a finales del 2008, y este diferencial no puede ser compensado por la generación hidroeléctrica en un futuro cercano.


Ya se iniciaron los efectos de un nuevo período del fenómeno atmosférico, denominado por los meteorólogos como ''el año de El Niño'', que continuará por lo menos hasta finales del primer trimestre del 2010.

Las consecuencias de éste fenómeno representarán incremento de la temperatura y menos lluvias por lo cual disminuirá el aporte de caudal que afectará el nivel de aguas disponibles en nuestras represas.

La represa del Guri, la instalación de energía hidroeléctrica más grande de Venezuela, estará cerca de alcanzar valores críticos si no se administran cuidadosamente los niveles de la cota de la represa.

A la tasa actual de aporte del caudal de aguas, el nivel está bajando en un promedio de siete centímetros por día y ello está sucediendo durante nuestra época de lluvias. ¿Que sucederá en la próxima estación de sequía, complicada ahora por el efecto de ''El Niño''? Nadie lo sabe, pero existen sobradas razones para pensar que los niveles de aportes del caudal de agua en la Cuenca del Caroni tienden a empeorar.

Por ejemplo, debe citarse que el nivel de las aguas del río Orinoco ha bajado tanto que desde el 10 de Noviembre Bauxilum debió suspender el transporte de la bauxita en gabarras desde Los Pijiguaos a la planta de alúmina en Ciudad Guayana por la dificultad derivada del bajo fondo del río. Esto representa que la planta de alúmina recibirá de menos 47% (2,8 millonesTm) de los 6 millones de la bauxita requerida para su presupuesto operativo del 2010.


Por otro lado, el calentamiento de la temperatura registrada en los últimos meses en el territorio nacional es otro aspecto que afecta el balance energético nacional: por cada grado de aumento de temperatura en algunas regiones de Venezuela, el consumo de energía pudiera aumentar entre un 5% y un 9% adicional.

Una salida termoeléctrica

Se considera que por lo menos hasta el año 2013, la solución de la generación de energía tendrá que darse con la recuperación y expansión de las plantas termoeléctricas pero, desafortunadamente, aquí tampoco hay soluciones rápidas.

Algunas plantas termoeléctricas existentes han estado submantenidas y no han mejorado su desempeño. Por ejemplo, Planta Centro, una gran planta con capacidad de 2000 MW y cinco trenes de generación de 400 MW cada uno, solo tiene dos trenes funcionando con una gran cantidad de problemas técnicos.

Otras plantas termoeléctricas instaladas en el país, como la planta de Electricidad de Caracas (Josefa Joaquina Sanchez), el 10 de Septiembre cuando se registró el pico máximo histórico de demanda de potencia nacional estaba funcionando con solo 2 de las 3 unidades instaladas. Otro problema que se ventila es que en Venezuela se presentan déficit importantes en el suministro de gas natural, el combustible requerido en algunos de nuestros generadores termoeléctricos.

La producción de gas está asociada a la producción de petróleo, y ésta no está aumentando. Desde el mes de Octubre no podremos contar con Colombia como proveedor alterno de energía; no necesariamente debido a las tensiones políticas sino porque ellos también están confrontando el mismo problema con respecto al caudal de aguas requerido para sus presas hidroeléctricas.

Los colombianos tienen que usar su propio gas para su generación termoeléctrica y desde Octubre han reducido en un 70% los envíos de gas a Venezuela.

Esto tendrá un impacto importante en la región del Zulia.

Es, por lo tanto, realmente triste que tengamos que agradecer, debido a percances operativos y la caída del mercado del acero mundial, que la región industrial de Guayana haya disminuido su producción y por ende su consumo de gas natural.


La instalación de plantas termoeléctricas nuevas requiere menos tiempo que la instalación de presas hidroeléctricas debido a las características de la infraestructura a gran escala requerida, pero no son exactamente productos que un país puede comprar en una tienda y poner a funcionar con rapidez.

Existe una capacidad global limitada para fabricar los generadores, turbinas de vapor y otros componentes de plantas termoeléctricas y los requerimientos masivos de energía de China, India y otras economías en crecimiento excepcional representa que hay una larga cola para comprar nueva capacidad de generación. Y aún si esto pudiera hacerse rápidamente por motivos de emergencia, todavía reta el problema del sistema de transmisión.

La nación necesita mejorar las redes de transmisión de energía por todo el país y en algunos casos también se confrontan problemas por la falta de la coordinación requerida entre las distintas empresas y entidades involucradas. Adicional a todo lo anterior, la subtransmisión y los sistemas de distribución tienen que ser mejorados, bien sea mediante la construcción de nuevas líneas, subestaciones y/o el reforzamiento de las redes existentes. Esto representa otro retraso, otro cuello de botella y otro problema que tiene que ser cargado a la cuenta de una administración a la que se le exige eficiencia.


Como puede apreciarse, la situación es preocupante. Nosotros los venezolanos, estamos acostumbrados a una electricidad barata y abundante, pero eso ha cambiado y ya no existe. La finalidad de este artículo no es señalar con el dedo ni repartir las culpas de esta grave situación, sino hacer un llamado a la conciencia de la necesidad de implementar una acción rápida y efectiva en todos los sectores.

El gobierno y sus entidades especializadas deben actuar muy rápidamente para dar plena divulgación sobre lo que está sucediendo en el campo energético del país, sobre cual es la situación real existente, cuales son sus consecuencias y deberá propiciar soluciones viables. Pensamos que una estrecha comunicación entre el gobierno y el sector empresarial, particularmente el segmento industrial, es esencial para lograr una solución factible inmediata a este problema tan importante para el crecimiento y bienestar de nuestra población. Las compañías venezolanas tendrán que seguir muy de cerca lo que va a suceder con el comportamiento de la red de suministro eléctrico hacia las zonas donde están ubicadas, y probablemente, tendrán que unir esfuerzos para desarrollar planes alternos de contingencia.

También tendremos que decidir el rol que jugaremos en crear conciencia y contribuir a la reducción del consumo. Posiblemente pudiéramos seguir el ejemplo de otros países y de otras compañías extranjeras de servicios públicos que en el pasado también han confrontado problemas para ser más eficientes en el uso de energía durante etapas de crisis energética. Todas las ideas pueden ser útiles, porque el problema lo tenemos aquí en Venezuela, es nuestro, es muy importante y no se va a solucionar solo: deberemos propiciar la colaboración de todos para el bien de nuestra sociedad y el futuro progreso de nuestro país.


EL UNIVERSAL

Tuesday, December 08, 2009

De Gallegos a Dudamel

LETRAS LIBRES /  (De click para agrandar)
Letras Libres

por Ibsen Martínez

1

El primer presidente civil que tuvo Venezuela en el siglo XX fue elegido en comicios universales, directos y secretos efectuados en 1948. Fueron los primeros en toda nuestra historia como nación independiente. El elegido fue un antiguo maestro de escuela, el novelista Rómulo Gallegos. Nueve meses más tarde Gallegos fue derrocado por un golpe militar.

El derrocamiento y exilio de Gallegos –parte importante del cual transcurrió en México– siguió a un prolongado pulso entre jóvenes coroneles de la época y el ya más que maduro autor de Doña Bárbara. Los coroneles habían sido aliados del partido de gobierno, la incipiente y socialdemócrata “Acción Democrática”, AD, fundada en 1941 por Rómulo Betancourt. Juntos habían derrocado en 1945 al conservador general Medina Angarita.

Una de las primeras provisiones tomadas por la junta cívico-militar que se instauró entonces fue llamar en breve plazo a elecciones generales para designar un congreso constituyente en el que estuvieran representados todos los partidos políticos, incluido el comunista. La transmisión radial de las sesiones del congreso constituyente del 47 compitió en popularidad con las emisiones de la radionovela El derecho de nacer. La constitución redactada entonces refrendaba el mismo sufragio universal que, por decreto de la junta cívico-militar, la había hecho posible.

Los actos protocolares de la toma de posesión de Gallegos, en febrero del 48, tuvieron el doble cariz de fiesta popular y apoteosis intelectual. Un extraordinario festival folclórico, organizado por el poeta Juan Liscano, mostró por primera vez a una sorprendida Caracas las manifestaciones populares de todas las regiones de un país hasta entonces descoyuntado, desconocido de sí mismo. “La Fiesta de la Tradición”, que así se llamó el festival, fue para todos, según el ensayista venezolano Mariano Picón Salas, “el descubrimiento espiritual de Venezuela”.

Decenas de intelectuales y artistas provenientes de treinta países se dieron cita en Caracas para la ocasión. El poeta Archibald MacLeish, amigo personal de Gallegos, encabezó la delegación oficial estadounidense. Una exposición de pintura moderna juntó a Amelia Peláez, de Cuba, con nuestro Armando Reverón. Con todo ello Gallegos buscaba subrayar el fin de la era de los gamonales y los cuartelazos y exaltar valores de civilidad y cultura. “No hemos salido de la tutela de broncos guerreros para vivir bajo el predominio de una casta militar privilegiada”, advertía en su discurso inaugural. Por un día, al menos, doña Bárbara pareció haber sido al fin vencida.

Pero ahora, en noviembre de 1948, los antiguos socios militares de AD resentían la sujeción al mundo civil, consagrada en la constitución, y procurada escrupulosamente por Gallegos desde el primer día. En consecuencia, emplazaron a Gallegos a permanecer como figurón en la presidencia, distanciarse de Betancourt y su partido, y dejarles a ellos las tareas de gobierno. Gallegos optó por poner a los coroneles ante un dilema: o gobierno civil o derrocamiento. Al negarse Gallegos rotundamente a ser un Bordaberry avant la lettre, los coroneles le cantaron el tercer strike.

Muchísimos venezolanos pensaron en aquel momento, y quizá lo sigan pensando, que Gallegos había sido un tonto, que nada le habría costado entenderse con los militares y permanecer en el cargo. Quizás ese modo de pensar fuera resabio de una historia política que, solamente en los primeros cien años como nación independiente, nos dio veintidós constituciones y más de ciento veinte pronunciamientos militares. Y muchísimos peleles civiles de caudillos y espadones.

Con todo, aquellos pocos meses bastaron para fundar una tradición moderna venezolana que pudo resistir diez años de feroz dictadura militar. Esa tradición hizo indistinguibles la democracia política de la pluralidad cultural. Y a pesar de los accidentes políticos venezolanos del resto del siglo XX, la pluralidad y la libertad de creación llegaron a ser, una vez restituida la democracia en 1958, un atributo inconfundible de la misma. Hasta el día en que llegó el comandante y mandó a parar.

2

Diez años de dicterios contra la “república oligárquica” no han podido disminuir la mayoritaria convicción venezolana de que uno de los logros mayores de esa imperfecta democracia fue el desarrollo oportuno de políticas de Estado para el fomento de la cultura y la creación que no entrañaban ni dirigismo político partidista ni cortapisas ideológicas.

Así, junto a obras de infraestructura tan notables como el complejo cultural del Teatro Teresa Carreño o la nueva sede de la Biblioteca Nacional, pueden contarse iniciativas que, aun partiendo del Estado, no fueron perturbadas por la intolerancia ni el revanchismo que cabía esperar de un sistema representativo que derrotó en toda la línea a las insurgencias de la izquierda alentadas desde Cuba en los años sesenta.

La creación de editoriales estatales que, como Monte Ávila, incluyeron desde siempre en su catálogo a novelistas, poetas, ensayistas y académicos de filiación marxista de todo el continente y crearon el clima que, ya en los años setenta, hizo posible que a Ángel Rama, exilado en Caracas y quien, según se lee en su cascarrabias diario del exilio, renegaba de lo que entendía meramente como una “democracia formal”, fachada de intereses burgueses e imperiales de las compañías petroleras, le fuera encomendada la creación de la muy prestigiosa Colección Ayacucho.

Una anécdota cinematográfica dará mejor cuenta del clima plural de aquel entonces. La política de subsidio al cine nacional comenzó durante el primer mandato del presidente Carlos Andrés Pérez (1974-1979) y llevó a la pantalla una muy laureada versión de País portátil, la novela del venezolano Adriano González León que en 1968 obtuvo el premio Biblioteca Breve de Seix Barral.

País portátil narra un día en la vida de un guerrillero urbano caraqueño. Fue el primero de una larga serie de abnegados y sufrientes guerrilleros guevaristas que, aun rendidos en la vida real, cobraron tanta vida en el cine nacional, vindicando sus ideas y denunciando violaciones a los derechos humanos, que el mismísimo Rómulo Betancourt, fervoroso cinéfilo ya apartado del poder, al pedírsele un comentario sobre País portátil, the movie, se quejó en la prensa de que fueran los derrotados quienes contaran la historia de la exitosa lucha antisubversiva dirigida por él durante su mandato.

Ni siquiera el despechado reclamo del llamado “Padre de la Democracia” modificó la política de créditos cinematográficos. Puede añadirse que, gracias a ella, la guerrilla castrista ganaba donde ya no podía hacer daño: en el cine. Y en el cine venezolano, que, a decir verdad...

3

Traigo ahora dos nostalgias: una lo es del magnífico ciclo cumplido durante veinte años por el Festival Internacional de Teatro de Caracas, precursor y luego hermano mellizo del de Bogotá, y hoy eliminado por completo de los planes culturales del gobierno bolivariano.

La otra nostalgia remite al que quizás haya sido el mejor triunfo de la pluralidad entre nosotros: la creación, por decreto del presidente Leoni, del Premio Internacional de Novela “Rómulo Gallegos”.

La nómina de ganadores es ya larga, y se lee como un libro de superlativos de la novela contemporánea en nuestra lengua: Vargas Llosa, García Márquez, Fuentes, Fernando del Paso, Javier Marías, Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Ángeles Mastretta, Fernando Vallejo. Hoy, merced a la conformación de jurados afectos al régimen chavista, el premio va camino de ser una prolongación, aún más decadente, del Casa de las Américas.

No hay venezolano culto que no sepa de memoria el célebre “introito” del primer poema de Los cuadernos del destierro (1960), libro inaugural del poeta Rafael Cadenas, concebido en los años cincuenta durante un exilio político en Trinidad: “Yo pertenecía a un pueblo de grandes comedores de serpientes, sensuales, vehementes y aptos para enloquecer de amor.”

Cadenas (Barquisimeto, 1930) ha sido distinguido este año con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Con ello ingresa a un índice en que descuellan Juan José Arreola, Eliseo Diego, Nélida Piñón, Nicanor Parra, Juan Marsé, Carlos Monsiváis, Tomás Segovia, Julio Ramón Ribeyro, Cintio Vitier, Rubem Fonseca...

Sin embargo, esta distinción no ha merecido acuse de recibo por parte de las autoridades culturales del país. Cadenas, en tanto que adversario político, no existe como poeta. Así, páginas web oficialistas no le han ahorrado a Cadenas toda clase de ofensas y vilipendios. Cosas igualmente infames ocurrieron cuando otro poeta venezolano, Eugenio Montejo, fallecido el año pasado, recibió en 2004 el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo.

4

Esta entrega iba a ser un memorial de los desafueros del chavismo contra la libertad de creación. Justo al sentarme a escribirla, llegó la noticia del resonante estreno del joven e indiscutible Gustavo Dudamel como director de la Filarmónica de Los Ángeles. Dudamel, según propia declaración, es hechura del programa cultural más exitoso que tuvo alguna vez la democracia en Venezuela: el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles. La buena nueva me dictó otra estrategia y preferí dar cuenta de todo, o casi todo, lo perdido.

Perdonen la tristeza. ~

Monday, December 07, 2009

Siempre La Habana

(I)

por Carlos Alberto Montaner

Comienzo citando unas líneas de la canción Habáname de Carlos Varela: "Habana, Habana/si bastara una canción/para devolverte todo/lo que el tiempo te quitó/Habana, mi Habana/si supieras el dolor/que siento cuando te canto/y no entiendes que es amor".

Me han pedido que presente Havana Forever, a pictorial and Cultural History of an Unforgettable City (La Habana para siempre, una historia cultural y pictórica de una ciudad inolvidable), publicada por University Press of Florida este año de 2009, escrita en inglés por Kenneth Treister, Felipe Préstamo y Raúl B. García, tres magníficos arquitectos unidos no sólo por la profesión, sino por el amor a La Habana.

Para mí es muy grato porque se trata de una obra importante y muy bien investigada que penetra en el corazón de una parte sustancial de la cubanidad. Se han hechos muy buenas historias de Cuba y magníficos libros de fotografías de La Habana –quizás la capital más retratada de América Latina--, pero hacía falta esta historia de la arquitectura habanera, fragmento clave del acontecer cubano. Conocer esa evolución es aproximarse a nuestra historia desde un ángulo vital.

Mi Habana

Yo nací y viví los primeros diez años de mi vida en La Habana Vieja, en la calle Tejadillo, y guardo unos recuerdos entrañables de la ciudad, de sus olores rancios y salobres, de las campanadas de la catedral cercana, de algunas de sus calles, entonces adoquinadas, por donde transitaban viejos y maravillosos tranvías. Recuerdo, incluso, cuando los sustituyeron por autobuses, una decisión muy de la época, pero probablemente equivocada.

Como mi hermano mayor y yo éramos muy traviesos y arriesgados, anduvimos solos por todos aquellos parajes desde los siete años de edad, y era frecuente que nos escondiéramos en las cuarterías donde residían algunos amiguitos del barrio para evitarnos el aburrido expediente de acudir a la escuela.

Así, de una manera natural, fui adquiriendo el único nacionalismo real que existe, el de la vinculación emocional al paisaje urbano en el que uno crece. Tal vez, la única nostalgia real que siento, medio siglo después de haber dejado a Cuba, son esos recuerdos esporádicos que vuelven como chispazos imprevistos.

La patria es una noción inasible que se nos escapa fácilmente. Uno no ama a la patria en abstracto. Uno, en cambio, ama al paisaje que contempló durante la infancia y adolescencia.

El patriotismo real, el único psicológicamente posible, es el urbano, el citadino.

La democracia y el nacionalismo nacieron en las ciudades griegas, en cada una de ellas, no en la confederación que alguna vez se forjara. No había griegos en el sentido exacto de la palabra. Había atenienses, tebanos o espartanos que a veces se profesaban odios terribles.

Uno ama cierta callejuela en la que patinaba. Yo amo la Loma del Ángel en la que me deslizaba en una carriola o patinete de madera, hasta que las ruedas de un automóvil mataron a un chiquillo al que llamábamos “Motoneta” que solía hacer el mismo recorrido.

Amo el Anfiteatro donde aprendí a montar bicicleta, y la ancha acera de la calle Cuba, frente al parque, donde el viejo Evencio tenía un sitio en el que nos las alquilaba.

Amo, también, el bar Cabaña, donde a los once años estrené la atolondrada adolescencia de la primera cerveza y el primer juego de cubilete, y en el que una famosa actriz me hizo un cálido gesto lascivo que no he olvidado nunca.

(II)

De adulto, entendí la importancia de las ciudades en el espíritu humano cuando leí la obra monumental de Lewis Mumford sobre la historia de las ciudades.

Fue fascinante aprender que nuestra verdadera historia comenzó con el entierro de los muertos. Las primeras ciudades no fueron para alojar a los vivos, sino a los muertos.

En algún punto de la historia, coincidieron los cementerios, las tierras fértiles y la agricultura. Y así, paulatinamente, la aventura de la sociedad se fue haciendo cada vez más compleja.

Junto a los cementerios se juntaron los chamanes que hablaban con los muertos y conjuraban los demonios de las enfermedades.

Los cementerios los custodiaban los tipos fuertes que ejercían la autoridad y, sobre ellos, los caudillos urgidos de la necesidad de mandar, nuestros monos Alfa.

De la ciudad, con el tiempo, surgieron el Estado, las leyes, las instituciones para organizar la convivencia.

La ciudad necesitó caminos y acueductos y parió la ingeniería.

Necesitó alimentos y fomentó el comercio y la navegación.

Tuvo excedentes, y los perros, los cerdos y las ratas se acercaron a comer los desperdicios. Los perros y los cerdos se amansaron. Las ratas siguieron siendo ellas mismas hasta hoy, hoscas e independientes.

La ciudad permitió que las mujeres se ayudaran en la cría colectiva de los hijos, lo que facilitó la supervivencia.

La ciudad fue abriendo espacios reservados a los trabajadores especializados. En Madrid, adonde me fui a vivir en 1970, me encantaba pasear por las calles de los vinateros, de las hilanderas, de los cordeleros. Hubo barrios de artistas y escritores. También de prostitutas pobres y “arrecogías”.

Cuando me mudé a Madrid, no me detuve hasta que pude comprar una vivienda en el solar donde estuvo la casa en la que vivió y murió Cervantes. El viejo edificio, erigido a principios del XIX, había utilizado los antiguos muros de la vivienda cervantina en la antiquísima calle del León.

Me encantaba cruzar la acera y saludar al fantasma de Lope de Vega, cuya grata residencia se mantiene intacta. O girar a la derecha y pasar rápidamente frente a donde vivió Quevedo, muy cerca, por cierto, del convento donde yacen los huesos de Cervantes, en una fosa común, porque la familia no tuvo dinero o entusiasmo para pagarle una tumba propia.

Me imagino que, de vivir en La Habana, mis fetiches hubieran sido otros: la casita de la calle Paula, aseada y graciosa, donde vivió Martí, o los palacetes en los que Aldana, Pinillos y Arango y Parreño vieron transcurrir sus vidas agitadas y fructíferas.

Salí demasiado joven, a los 18 años, a una edad en que uno no sabe disfrutar del valor de las piedras. ¿Cuántas veces pasé por la Fragua martiana, en lo que fueron las Canteras de San Lázaro, sin detenerme a imaginar lo que allí sucedía cuando Martí cumplía su pena carcelaria?

Pero las piedras tienen un valor incalculable. Son una referencia espiritual. Atan a la tierra.

Alguna vez he escrito que Kafka no hubiera sido Kafka sin su experiencia urbana, aquella Praga maravillosa, con ese callejón de los alquimistas a la sombra del Castillo en el que alguna vez residió y multiplicó su melancolía.

La vida urbana es una experiencia de doble dirección. La ciudad nos hace y nosotros hacemos a las ciudades.

En el primer capítulo de mi libro Los latinoamericanos y la cultura occidental me remonto a los griegos y a los romanos porque todavía sobreviven en nuestro mundo los rasgos urbanizadores más importantes de aquellas civilizaciones.

En nosotros, sin que lo sepamos, se esconden antiquísimos cazadores nómadas, guerreros medievales y humildes inmigrantes gallegos, pero también viven Hipócrates y Vitrubio, los dos grandes teóricos de la construcción civil de la antigüedad clásica.

La Habana es el resultado de todo eso. De Grecia, de Roma, de la morería pendenciera y culta, de la España medieval y renacentista. Es también obra del Barroco europeo, de los arquitectos militares italianos que construyeron las líneas defensivas del imperio español, de los artistas deslumbrados por la grandeza de París y de New York.

Cuando Diego Velázquez se convierte en gobernador de la Isla de Cuba, a principios del siglo XVI, construye en su nuevo destino una casa sevillana y la llena de los refrescantes azulejos y mosaicos moriscos que tiene en su memoria.

Lo primero que hace un inmigrante cuando consigue reunir cierta fortuna es construir una vivienda que le recuerde la casa que tuvo o la que le hubiera gustado tener en su país de origen. No se triunfa hasta que no se conquista esa soñada residencia.

Por eso el mundo americano está lleno de casas italianas, de cortijos españoles y hasta de palacetes franceses. La hacienda latinoamericana es el cortijo español, que, a su vez, es la villa romana. El batey, las paredes de tablas y los frescos techos de guano son un homenaje a los arahuacos desaparecidos, pero no del todo.

En La Habana, suma y compendio de muchos mundos, hay todo eso.

Como cuenta Havana Forever, a fines del XIX y principios del XX, cuando la burguesía habanera y santiaguera era muy catalana, importó de Barcelona la estética racionalista de aquellos tiempos.

Si hay dos ciudades realmente hermanas, o dos fragmentos de ciudades, son el ensanche de Barcelona y el Vedado.

Es conmovedor comprobar, como relata el libro que hoy presento, que, en medio de los amargos encontronazos del machadato, entre 1925 y 1930, cuando Cuba ensayaba su primer gran descalabro republicano, el gobierno invita a un arquitecto francés, Forestier, para que rediseñe la capital y la llene de jardines y avenidas, un poco como Haussman lo había hecho con París a mediados del siglo XIX durante el gobierno de Napoleón III.

Aunque la influencia norteamericana era grande y creciente, París seguía siendo la gran referencia estética para los habaneros. Es verdad que Forestier sólo pudo llevar a cabo una parte pequeña de sus planes, pero la intención del gobierno, su preocupación estética, era clarísima.

En suma, la clase dirigente cubana durante la República sabía o intuía que la capital debía llenarse de parques y edificios hermosos. Era su responsabilidad más obvia.

Era, además, una tradición que venía de la colonia. Tacón, a mediados del XIX, edificó en La Habana un enorme teatro que mejor encajaba en Madrid o en Viena, y se trajo de Francia una lámpara monumental para iluminarlo. ¿Para qué lo habían mandado a Cuba si no era para engrandecer a La Habana?

Años más tarde, también en el XIX, el ingeniero Alvear hizo el acueducto que lleva su nombre, una obra maestra de la ingeniería hidráulica, todavía vigente.

Menocal ordenó un palacio presidencial que recordara la más armónica arquitectura francesa. Por ese palacio pasaron 21 presidentes, y si la revolución sólo lo utilizó durante los meses que Urrutia gobernó en 1959, es porque Fidel Castro, con su cabeza de pistolero paranoico, siempre al frente de la UIR, pensó que era un lugar difícil de proteger en caso de un ataque armado.