Saturday, November 06, 2010

VENEZOLANIDAD / Rafael Marrón González


Pequeño burgués... pero estoy ahorrando Pequeño burgués... pero estoy ahorrando

"Pequeño burgués..." es una frase hecha que los socialistas usan como el no va más de los insultos descalificadores -el pequeño burgués imita culturalmente a la alta burguesía bañándose a diario y viviendo decentemente- ante cuya amenaza debemos abjurar de nuestra lucidez y arrojarnos de chupulúm en la miasma colectivista, que refleja la inmensa ignorancia que acogota a cierto sector operario que ha encontrado en el discurso comunista justificación para cubrir las consecuencias de sus falencias personales, entre ellas la flojera y la sinvergüenzura. Fue la dupla Marx-Engels -mantenida toda su vida por el papá capitalista de Engels, es decir por un alto burgués, que tuvo que calarse a ese par de calamares ociosos en la nómina de su textilera- la que calificó como "burguesía" a los propietarios de los medios de producción para diferenciarlos tanto de la oligarquía que ejercía el poder político como del proletariado que era asalariado de aquellos, sin aclarar debidamente que la burguesía fue una expresión revolucionaria frente al absolutismo y al régimen feudal, cuya máxima expresión histórica es la Revolución Francesa. Chávez -que es un oligarca contumaz, además de un difusor de ignorancias- llama "burguesitos" a los estudiantes que lo retan, con la intención de descalificarlos como hedonistas o indiferentes, obvia que ese cognomento sí aplica a sus hijos, hijas, sobrinos y similares que ostentan opípara vida de ociosos vástagos de sultanes en "las uropas" sin pelar concierto de las luminarias del imperio, cuyos groseros lujos estrafalarios y vulgares fiestas principescas, aderezadas con su ordinariez de origen, retan burlonamente la triste realidad económica que sufre el pueblo venezolano, es decir el proletariado, chavista y no chavista que es confundido intencionalmente con el lumpen, que existe y en demasía para la sanidad democrática de la nación. Y en su afán de imponer el término, escoge a María Corina Machado como su contendor para el 2012 -quiero medirme con esa "burguesita" - como un reto al alto empresariado que paga con Sidetur, Venprecar y Orinoco Iron, filiales de Sivensa, la empresa familiar de los Machado Zuluaga, el precio de que uno de los suyos se atreva a penetrar territorio chavista con tanta aceptación popular, como también lo hacen el eficaz Enrique Capriles Radonski, nieto judío del poderoso hombre de medios Miguel Ángel Capriles, miembro a regañadientes de la rancia aristocracia capitalista caraqueña, y Leopoldo López, de la familia empresarial Mendoza Goiticoa, descendiente del aristócrata Simón Bolívar por la línea de Juana Bolívar y Palacios Blanco. Pura alta burguesía metida en los barrios que Chávez considera de su propiedad. Toda una alegoría. ¿Cómo pasó en revolución étnica como la ha planteado Chávez? ¿Faltaron los fusilamientos que esperaba realizar el 4F? ¿O tendremos ante nosotros una contundente muestra del determinismo genético? Porque, de que Chávez es majunche en todo lo que hace, es una verdad absoluta. Su elección ha sido la más costosa equivocación popular de la historia de la humanidad.

De productivo viene burgués

Definidas las cosas, es necesario recordar una vez más cuál es el origen de la palabra "burgués", sobre todo para la claridad de muchos compatriotas ingenuos y desinformados, proclives a ser seducidos por la latonería verbal de los comunistas que les muestran como disfrute injusto lo que es producto de una vida de esfuerzos sostenidos. Es conocido, pero no por eso inútil repetirlo, que "Burgo" se denominaba en la Edad Media a las fortalezas construidas por los nobles feudales para vigilar los territorios de su jurisdicción, alrededor de las cuales se asentaban personas no sometidas a la autoridad señorial y artesanos y comerciantes a pequeña escala, los buhoneros de entonces, que con el tiempo constituyeron pequeñas aldeas y luego se instalaron en las ciudades y llegaron a tener tal poder económico que prestaban dinero a los reyes que les permitieron entonces acceder a la administración del Estado, constituyendo una clase social entre la plebe y la nobleza con la cual llegaron a mezclarse por la ruina de muchos nobles cuyas tierras, propiedades y apellidos blasonados pasaron a manos de los burgueses más acomodados generando la alta burguesía francesa. Caso similar a los judíos de la diáspora que crearon una clase económica poderosa que incitó el odio de los naturales de los países que los acogieron, llegando a expulsarlos como hicieron en España o a asesinarlos en masa como en Alemania o a entregarlos a sus enemigos como en Francia, con el único propósito de quedarse con sus propiedades como está haciendo Chávez a través de las expropiaciones con los "burgueses venezolanos", con la perversión adicional de destruir el sistema productivo nacional para privilegiar a la alta burguesía yanqui, española, portuguesa, brasileña, argentina o colombiana, ésta última fortalecida con la alianza íntima de Chávez con Santos. Así, a partir del siglo XIX, con la revolución industrial, los burgueses -originados por el tesonero trabajo independiente- fueron marcados como enemigos de los trabajadores por los revolucionarios marxistas y anarquistas y por lo tanto había que destruirlos, pues explotaban a los trabajadores -hasta hacía nada esclavos de los señores feudales- y se apoderaban del valor del producto cuyo precio lo establecía -según la idiotez marxista- el trabajo y no la necesidad que de él tenga la sociedad, pero ¿cómo le quitamos el discursito que reditúa tanto agradecimiento focal? Lo que la historia nos revela es todo lo contrario, al destruir sus bases productivas -para ser empresario se nace como para ser músico- el andamiaje económico del comunismo se derrumba. Allí está Fidel haciendo burgueses por intermedio de Raúl.

Hoy burgueses somos todos

Para la sociología moderna son burgueses todos aquellos cuya profesión no es principalmente manual -ni obreros del campo ni de la ciudad- como funcionarios públicos -Chávez y sus ministros, gobernadores y alcaldes y diputados y directivos y gerentes de las empresas públicas - miembros de las profesiones liberales, educadores, empresarios en general, ganaderos, industriales del campo, banqueros, escritores, intelectuales, etc. Y según el nivel económico -debería ser cultural y profesional- la burguesía se estratifica en pequeña- sufre las mismas penurias que el proletariado -mediana- clase media, recipiendaria del odio de Chávez y del chavismo -y alta burguesía, ésta última asaltada por la godarria chavista que se desvive por ser vecino de la aristocracia plebeya- porque la de origen noble -sangre azul- pereció en los campos de batalla luchando por la independencia -por lo cual, a estos arribistas enriquecidos con dólares imperiales, la expresión popular llama "boliburgueses" aunque en realidad pertenecen a una nueva clase surgida del atraco al erario, la "cleptocracia" que en su afanosa codicia pone a robar a toda la familia.

Cuando veas a tu vecino arder, métete a la regadera

En Venezuela, con la maniática constante revolucionaria que impide consolidar una estructura institucional de Estado, desde los albores de la República las revoluciones "quítate tú pa' poneme yo"- salvo algunos interregnos -se han sucedido a ritmo vertiginoso sin que absolutamente nada haya cambiado en lo sustantivo, salvo la sustitución de una elite dominante, derivada de una revolución, corrompida por la melaza del poder omnímodo, por otra que se corrompe cada vez en menos tiempo. A la Revolución de octubre le costó 25 años prostituirse, la chavista a los seis meses era una cloaca putrefacta, pero con sus andrajos morales empeñados en desmantelar el Estado burgués liberal para sustituirlo por el Estado comunista aburguesado como lo evidencia la extrema obesidad gourmet de su líder, cuyo presupuesto presidencial para 2011 es el doble de lo asignado a la construcción de viviendas para el pueblo.

En conclusión

El lenguaje usado por Chávez -y repetido aborregadamente por sus loros enrojados- es de un atraso espectacular en su definición, quiere expresar cosas con palabras cuyo sentido se perdió en la vorágine de la historia de los últimos veinte años. Y, además, escupe para arriba, pues la clase económica que sustituye a la expropiada o arruinada por sus políticas comunistas inviables, proviene de sus filas y sería interesante escuchar los argumentos que invertirán la carga semántica de empresario burgués a empresario socialista -una contradicción de términos- con las mismas características capitalistas, idénticas consecuencias crematísticas y la misma explotación de los pendejos. El poder bien vale una manipulación verbal para estafar incautos, ignorantes y románticos aduldolescentes. Yo -como dice un amigo- seré pequeño burgués... pero estoy reuniendo.

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