Wednesday, January 26, 2011

El discurso completo de Barack Obama sobre el Estado de la Nación

Sr. Presidente de la Cámara de Representantes, miembros del Congreso, distinguidos invitados y conciudadanos:

Esta noche quiero comenzar felicitando a los hombres y mujeres del 112º Congreso, como también al nuevo presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner. Y en esta solemne ocasión, también tenemos presente el escaño vacío en esta Cámara y rezamos por la salud de nuestra colega –y nuestra amiga– Gabby Giffords.

No es ningún secreto que nosotros, los aquí presentes esta noche, hemos tenido nuestras discrepancias en los últimos dos años. Los debates han sido contenciosos; hemos luchado encarnizadamente por nuestras convicciones. Y eso es bueno. Eso es lo que exige una democracia robusta. Eso es lo que ayuda a distinguirnos como nación.

Pero existe motivo por el cual la tragedia en Tucson nos dio qué pensar. En medio del ruido, fervor y animosidad de nuestro debate público, Tucson nos recordó que independientemente de quiénes somos o de dónde venimos, cada uno de nosotros es parte de algo superior, algo de mayor trascendencia que un partido o preferencia política.
Todos somos parte de la familia estadounidense. Creemos que en un país donde se puede encontrar toda raza, religión y punto de vista, seguimos unidos como un pueblo; que compartimos esperanzas y un credo común; que los sueños de una niñita en Tucson no son diferentes a los de nuestros propios hijos, y que todos ellos merecen la oportunidad de hacerse realidad.

Eso también es lo que nos distingue como nación.

Ahora bien, de por sí este simple reconocimiento no dará inicio a una nueva era de cooperación. Lo que surja de este momento depende de nosotros. Lo que surja de este momento no lo determinará si nos podemos sentar juntos esta noche, más bien, si podemos trabajar juntos mañana.

Considero que sí podemos. Considero que debemos hacerlo. Quienes nos enviaron aquí esperan eso de nosotros. Con su voto, han determinado que el gobierno ahora será una responsabilidad compartida entre partidos. Sólo se aprobarán nuevas leyes con el respaldo de demócratas y republicanos. Avanzaremos juntos o nos estancaremos, ya que los desafíos que enfrentamos son más importantes que un partido y más importantes que la política.

En este momento lo que está en juego no es quién ganará las próximas elecciones; al fin y al cabo, acabamos de tener elecciones. Lo que está en juego es si se originan nuevos empleos e industrias con raíces en este país o en otro lugar; si se recompensa el arduo esfuerzo y laboriosidad de nuestro pueblo; si podemos mantener el liderazgo que hizo de Estados Unidos no sólo un punto en el mapa, sino una luz en el mundo.

Estamos listos para el progreso. Dos años después de la peor recesión que la mayoría de nosotros jamás ha conocido, la bolsa se ha recuperado con fervor. Las ganancias de las corporaciones son más altas. La economía está volviendo a crecer.

Pero nunca hemos medido el progreso con tan sólo estos indicadores. Medimos el progreso conforme al éxito de nuestro pueblo; por los empleos que pueden encontrar y la calidad de vida que ofrecen dichos empleos; por las posibilidades de éxito de un pequeño empresario que sueña en convertir una buena idea en una empresa próspera; por las oportunidades de una vida mejor que les legamos a nuestros hijos.

Es en este proyecto que el pueblo estadounidense quiere que trabajemos. Juntos.

Eso hicimos en diciembre. Gracias a los recortes tributarios que aprobamos, los cheques de pago de los estadounidenses hoy en día han aumentado. Toda empresa puede deducir el costo total de las nuevas inversiones que haga este año. Estas medidas, tomadas por demócratas y republicanos, harán que la economía crezca, y se sumarán puestos de trabajo al más de 1 millón de empleos generados en el sector privado el año pasado.

Pero nos queda más trabajo por hacer. Las medidas que hemos tomado durante los últimos dos años posiblemente hayan terminado con esta recesión, pero para ganarnos el futuro necesitamos acometer desafíos que existen desde hace varias décadas.

Muchas de las personas que están viendo esta noche probablemente puedan recordar tiempos cuando encontrar un buen empleo significaba presentarse en una fábrica cercana o un negocio en el centro. No siempre era necesaria una carrera, y la competencia se limitaba prácticamente a los vecinos. Si uno trabajaba duro, lo más probable era que tendría un trabajo el resto de su vida, con un salario decente, buenos beneficios y un ascenso de vez en cuando. Quizá incluso tendría el orgullo de ver a sus hijos trabajar en la misma compañía.

Ese mundo ha cambiado. Y para muchos, el cambio ha sido doloroso. Lo he visto en las ventanas tapiadas de fábricas otrora prósperas y las vitrinas vacías de calles principales antes concurridas. Lo he oído en la frustración de estadounidenses que han visto la disminución de sus cheques de pago o la desaparición de sus empleos; hombres y mujeres orgullosos de su trabajo que piensan que les cambiaron las reglas a medio partido.

Están en lo correcto. Las reglas han cambiado. En una sola generación, las revoluciones tecnológicas han transformado nuestra forma de vivir, trabajar y hacer negocios. Las siderúrgicas que alguna vez necesitaban 1,000 trabajadores ahora pueden hacer el mismo trabajo con 100. Hoy en día, prácticamente toda empresa puede iniciar operaciones, contratar trabajadores y vender sus productos dondequiera que haya una conexión de Internet.

Mientras tanto, países como China e India se dieron cuenta de que con algunos cambios propios, podían competir en este nuevo mundo. Y entonces comenzaron a educar a sus niños antes y durante más tiempo, con mayor énfasis en matemáticas y ciencias. Están invirtiendo en investigación y nueva tecnología. Hace poco, China se convirtió en la sede de la mayor planta privada de investigación solar del mundo y la más rápida computadora del mundo.

Las palabras más repetidas por el Presidente Obama.

Entonces, sí, el mundo ha cambiado. La competencia por empleos es real pero esto no debe desanimarnos. Debe motivarnos. Recuerden que por todos los golpes que hemos sufrido en los últimos años, todos los fatalistas pronosticaron nuestra caída, pero Estados Unidos aún tiene la mayor y más próspera economía del mundo. No hay trabajadores más productivos que los nuestros. No hay país con más empresas exitosas ni que otorgue más patentes a inventores y empresarios. Es aquí que se encuentran las mejores universidades e instituciones de enseñanza superior del mundo, donde más estudiantes vienen a estudiar que en cualquier otro lugar del planeta.

Es más, somos el primer país que se fundó para beneficio de una idea: la idea de que cada uno de nosotros merece la oportunidad de forjar su propio destino. Por eso, durante varios siglos, pioneros e inmigrantes lo han arriesgado todo para venir aquí. Es por eso que nuestros estudiantes no simplemente memorizan ecuaciones, sino responden a preguntas como “¿Qué piensas de esa idea? ¿Qué cambios harías en el mundo? ¿A qué quieres dedicarte de adulto?”

Depende de nosotros ganarnos el futuro o no. Pero para lograrlo, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Como nos dijo Robert Kennedy, “El futuro no es un regalo. Es un logro”. Mantener vivo el Sueño Americano nunca ha sido solo cuestión de terca firmeza. Ha requerido que cada generación se sacrifique y luche y cumpla con lo que exige cada nueva era.

Ahora nos toca a nosotros. Sabemos lo que se requiere para competir por los empleos y las industrias de nuestros tiempos. Necesitamos innovar más, educar mejor y construir más que el resto del mundo. Debemos hacer de Estados Unidos el mejor lugar del mundo para hacer negocios. Debemos asumir la responsabilidad por nuestro déficit y reformar nuestro gobierno. Es así que nuestro pueblo prosperará. Es así que ganaremos el futuro. Y esta noche me gustaría hablar sobre cómo llegar allí.

El primer paso para ganar el futuro es fomentar la innovación en Estados Unidos.

Ninguno de nosotros puede predecir con certeza cuál será la próxima gran industria ni de dónde vendrán nuevos empleos. Hace 30 años, no podríamos habernos imaginado que algo llamado el Internet llevaría a una revolución económica. Lo que sí podemos hacer –lo que Estados Unidos hace mejor que nadie– es fomentar la creatividad e imaginación de nuestra gente. Somos el país que puso autos en las calles y computadoras en las oficinas; el país de Edison y los hermanos Wright; de Google y Facebook. En Estados Unidos, la innovación no simplemente nos cambia la vida. Es con ella que nos ganamos la vida.

Nuestro sistema de libre empresa es lo que impulsa la innovación. Pero debido a que no siempre ha sido rentable para las empresas invertir en investigación básica, en el transcurso de la historia, nuestro gobierno les ha proporcionado a científicos e inventores de punta el respaldo que necesitan. Eso es lo que plantó las semillas del Internet. Eso fue lo que ayudó a hacer posible cosas como chips de computadora y el sistema de posicionamiento mundial.

Solo piensen en todos los empleos bien remunerados –desde los de producción industrial hasta el sector minorista– que se han derivado de dichos avances.

Hace medio siglo, cuando los soviéticos se nos adelantaron en el espacio con el lanzamiento de un satélite llamado Sputnik, no teníamos idea de cómo llegaríamos antes que ellos a la luna. Aún no contábamos con los conocimientos científicos necesarios. NASA ni siquiera existía. Pero tras invertir en mejor investigación y educación, no sólo superamos a los soviéticos, sino que iniciamos una ola de innovación que creó nuevas industrias y millones de nuevos empleos.

Este es el momento Sputnik de nuestra generación. Hace dos años, dije que debíamos alcanzar un nivel de investigación y desarrollo que no veíamos desde la cúspide de la carrera espacial. En unas semanas, remitiré un presupuesto al Congreso que nos ayudará a cumplir con ese objetivo. Invertiremos en investigación biomédica, informática y especialmente tecnología de energía limpia; una inversión que aumentará nuestra seguridad, protegerá al planeta y generará innumerables empleos nuevos para nuestra gente.

Ya estamos viendo las oportunidades que brinda la energía renovable. Robert y Gary Allen son hermanos que tienen una pequeña compañía de techado en Michigan. Después del 11 de septiembre, ofrecieron a sus mejores obreros para ayudar a reparar el Pentágono. Pero la recesión los afectó mucho, y su fábrica estaba operando a la mitad de su capacidad. Hoy en día, con ayuda de un préstamo del gobierno, ese espacio se está usando para fabricar tejas fotovoltaicas que se están vendiendo en todo el país. En palabras de Robert, “Nos reinventamos”.

Eso es lo que los estadounidenses han hecho durante más de 200 años: se han reinventado. Para impulsar más casos de éxito como el de los hermanos Allen, hemos comenzado a reinventar nuestra política energética. No estamos simplemente entregando dinero. Estamos lanzando un desafío. Estamos diciéndoles a los científicos e ingenieros de Estados Unidos que si constituyen equipos con los mejores cerebros en su campo, si se concentran en los problemas más difíciles de energía limpia, financiaremos los proyectos Apolo de nuestra era.

En el California Institute of Technology, están desarrollando una manera de convertir energía solar y agua en combustible para nuestros vehículos. En Oak Ridge National Laboratory, están usando supercomputadoras para que nuestras instalaciones nucleares produzcan mucho más energía. Con más investigación e incentivos, podemos acabar con nuestra dependencia del petróleo, con biocombustibles, y convertirnos en el primer país en tener 1 millón de vehículos eléctricos en marcha para el 2015.

Necesitamos apoyar esta innovación. Y para ayudar a pagarla, le estoy pidiendo el Congreso que elimine los miles de millones de dólares de los contribuyentes que actualmente les damos a las compañías petroleras. No sé si se han dado cuenta, pero les está yendo muy bien solas. Entonces, en vez de subsidiar la energía del pasado, invirtamos en la de mañana.

Ahora bien, los avances en energía limpia sólo se convertirán en empleos de energía limpia si las empresas saben que habrá un mercado para lo que están vendiendo. Por lo tanto, esta noche los desafío a que se sumen a mí para fijar un nuevo objetivo: para el 2035, 80% de la electricidad Estados Unidos provendrá de fuentes de energía limpia. Ciertas personas quieren energía eólica y solar. Otras quieren energía nuclear, carbón no contaminante y gas natural. Para alcanzar este objetivo, necesitaremos de todos, e insto a los demócratas y republicanos a que colaboren para hacer que esto suceda.

Mantener nuestro liderazgo en investigación y tecnología es crucial para el éxito de Estados Unidos. Pero si queremos ganarnos el futuro –si queremos que la innovación produzca empleos en Estados Unidos y no en el extranjero– entonces también tenemos que ganar la carrera para educar a nuestros niños.

Pónganse a pensar. En los próximos 10 años casi la mitad de todos los nuevos empleos requerirán educación superior, no solo estudios secundarios. Sin embargo, hasta un cuarto de nuestros estudiantes ni siquiera están terminando la secundaria. La calidad de nuestra enseñanza de matemáticas y ciencias es inferior a la de muchos otros países. Estados Unidos ha pasado a ser el noveno en términos de la proporción de jóvenes con un grado universitario. Entonces la pregunta es si nosotros, como ciudadanos y como padres, estamos dispuestos a hacer lo necesario para darle a cada niño la oportunidad de tener éxito.

Esa responsabilidad no comienza en nuestras aulas, sino en nuestros hogares y comunidades. Es la familia la que inculca primero en un niño el amor al aprendizaje. Sólo los padres se pueden asegurar de que la televisión esté apagada y que se hagan las tareas. Necesitamos enseñarles a nuestros niños que no solamente el ganador del Super Bowl merece su respeto, sino el ganador de la feria de ciencias; que el éxito no depende de la fama ni relaciones públicas, sino de trabajo arduo y disciplina.

Nuestras escuelas comparten esta responsabilidad. Cuando un niño entra a un aula, debe ser un lugar de altas expectativas y alto rendimiento. Pero muchas de nuestras escuelas no pasan esta prueba. Es por eso que en vez de simplemente arrojarle dinero a un sistema que no está funcionando, iniciamos una competencia denominada “Carrera a la Cumbre” (“Race to the Top”). A todos los 50 estados les dijimos, “si nos muestran los planes más innovadores para mejorar la calidad de los maestros y el desempeño estudiantil, les daremos el dinero”.

'Race to the Top' es la reforma más significativa de nuestras escuelas públicas en una generación. Por menos de 1% de lo que gastamos en educación todos los años ha llevado a más de 40 estados a aumentar sus estándares de enseñanza y aprendizaje. Estos estándares no fueron desarrollados por Washington, sino por gobernadores republicanos y demócratas en todo el país. Y Race to the Top debe ser la estrategia que sigamos este año al reemplazar el programa Para que ningún niño se quede atrás (No Child Left Behind) con una ley que es más flexible y se centra en lo mejor para nuestros niños.

¿Ven? Sabemos lo que es posible para nuestros niños cuando la reforma no es una orden que viene de arriba, sino la labor de maestros y directores, juntas escolares y comunidades locales.

Consideren una escuela como Bruce Randolph en Denver. Hace tres años, era considerada una de las peores escuelas en Colorado; estaba ubicada entre los territorios de dos pandillas rivales. Pero en mayo, 97% de los estudiantes de último año recibieron su diploma. En su mayoría, serán los primeros de su familia en ir a la universidad. Y después del primer año de la transformación de la escuela, la directora que lo hizo posible se enjugó lágrimas cuando un estudiante dijo, “Gracias, señora Waters, por demostrar… que somos inteligentes y podemos lograrlo”.

Recordemos también que después de los padres, quien tiene mayor impacto en el éxito de un niño es el hombre o la mujer al frente de la aula. En Corea del Sur, a los maestros les llaman “forjadores de la nación”. Aquí en Estados Unidos, es hora de que tratemos a las personas que educan a nuestros niños con el mismo nivel de respeto. Queremos recompensar a los buenos maestros y dejar de inventar excusas para justificar a los malos. Y en los próximos 10 años, en los que se jubilarán de las aulas muchos miembros de la generación del Baby Boom, queremos preparar a 100,000 nuevos maestros en los campos de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.

De hecho, a cada joven que me escucha esta noche y que está considerando qué carrera estudiar: si quieres tener un impacto en la historia de nuestra nación, si quieres tener un impacto en la vida de un niño, hazte maestro. Tu país te necesita.

Evidentemente, la carrera educativa no termina con un diploma de secundaria. Para competir, todos los estadounidenses deben tener acceso a educación superior. Es por eso que hemos eliminado los subsidios innecesarios a los bancos con dinero de los contribuyentes y usamos lo ahorrado para hacer que los estudios universitarios estén más al alcance de millones de estudiantes. Y este año le pido al Congreso que dé un paso más y haga permanente nuestro crédito tributario por matrícula universitaria, que vale $10,000 por cuatro años de estudios.

Como la gente necesita poder capacitarse para nuevos empleos y carreras en la cambiante economía de hoy, también estamos revitalizando las universidades comunitarias de Estados Unidos. El mes pasado vi lo que ofrecen estos centros de enseñanza superior como Forsyth Tech en Carolina del Norte. Muchos de los alumnos solían trabajar en fábricas locales que han cerrado. Kathy Proctor, madre de dos hijos, trabajó en una fábrica de muebles desde que tenía 18 años. Y me contó que ahora está estudiando biotecnología, a los 55 años, no sólo porque ya no hay empleos en fábricas de muebles, sino porque quiere inspirar a sus hijos a también ir en pos de sus sueños. Como dijo Kathy: “Espero que esto les recuerde que no deben darse por vencidos”.

Si damos esos pasos, si elevamos las expectativas para todos los niños y les damos las mejores oportunidades posibles de recibir una buena educación, desde el día que nacen hasta el último trabajo que desempeñan, lograremos la meta que tracé hace dos años: que para fines de esta década, Estados Unidos tenga la más alta proporción de graduados universitarios en el mundo.

Un último punto sobre la educación. Hoy, hay cientos de miles de estudiantes sobresalientes en nuestras escuelas que no son ciudadanos estadounidenses. Algunos son hijos de trabajadores indocumentados, que no tuvieron nada que ver con los actos de sus padres. Crecieron como estadounidenses, juran fidelidad a nuestra bandera y, sin embargo, viven cada día bajo la amenaza de deportación. Otros vienen del extranjero a estudiar en nuestras instituciones superiores y universidades. Pero apenas obtienen su título, los enviamos de regreso a su país para que compitan contra nosotros. No tiene ningún sentido.

Ahora bien, estoy firmemente convencido de que debemos acometer, de una vez por todas, el asunto de la inmigración ilegal. Estoy listo para trabajar con republicanos y demócratas para proteger nuestras fronteras, hacer cumplir nuestras leyes y tratar con los millones de trabajadores indocumentados que ahora viven en la clandestinidad. Sé que el debate será difícil y tomará tiempo, pero esta noche, acordemos hacer el esfuerzo. Y dejemos de expulsar a jóvenes responsables y de talento que pueden trabajar en laboratorios de investigación, empezar nuevas empresas y contribuir al enriquecimiento de esta nación.

El tercer paso para ganarnos el futuro es reconstruir Estados Unidos. Para atraer nuevas empresas a nuestras costas, necesitamos las vías más rápidas para transportar gente, productos e información, desde trenes de alta velocidad hasta Internet de alta velocidad.

Nuestra infraestructura solía ser la mejor, pero ya no somos los primeros. Las viviendas de Corea del Sur ahora tienen mejor acceso al Internet que las nuestras. Rusia y países en Europa invierten más en sus carreteras y ferrocarriles que nosotros. China construye trenes más rápidos y aeropuertos más nuevos. Mientras tanto, cuando nuestros propios ingenieros evaluaron la infraestructura de nuestra nación, nos dieron una “D”.

Tenemos que mejorar. Estados Unidos es la nación que construyó el ferrocarril transcontinental, llevó electricidad a comunidades rurales y estableció el sistema de carreteras interestatales. Los empleos generados por estos proyectos no sólo consistieron en construir vías y poner pavimento. También fueron empleos en empresas que abrieron cerca de la nueva estación del tren o la nueva vía de salida.

En los dos últimos años hemos empezado a reconstruir para el siglo XXI un proyecto que ha generado miles de empleos bien remunerados en el muy afectado sector de la construcción. Esta noche, les propongo redoblar esos esfuerzos.

Pondremos a más estadounidenses a trabajar para reparar carreteras caminos y puentes que se están desmoronando. Nos aseguraremos de que estén totalmente financiados, que atraigan inversión privada, y escogeremos proyectos en base a lo que es mejor para la economía, no los políticos.

En los próximos 25 años, nuestra meta es darles a 80% de los estadounidenses, acceso a trenes de alta velocidad, que les permitirán viajar en la mitad del tiempo que toma hacerlo en auto. Algunos viajes serán más rápidos que volar y sin la inspección de seguridad. En estos precisos momentos, en California y la región del medio oeste del país ya hay rutas bajo construcción.

En los próximos cinco años, haremos posible que las empresas hagan llegar la siguiente generación de tecnología inalámbrica de alta velocidad a 98% de los estadounidenses. Esto no se trata solamente de Internet más rápido y menos llamadas interrumpidas. Se trata de conectar todos los rincones de Estados Unidos a la era digital. Significa que desde una comunidad rural en Iowa o Alabama, los trabajadores y pequeños empresarios podrán vender sus productos en todo el mundo. Significa que un bombero podrá descargar los planos de un edificio en llamas a un dispositivo portátil, que un alumno podrá tomar clases con un texto digital, que un paciente podrá conversar cara a cara por video con su médico.

Todas estas inversiones, en innovación, educación e infraestructura, harán que Estados Unidos sea un lugar mejor para hacer negocios y generar empleo. Pero para contribuir a la competitividad de nuestras empresas, también debemos eliminar barreras que se interponen en su camino al éxito.

Durante muchos años, un ejército de cabilderos ha hecho que el código tributario favorezca a ciertas compañías e industrias. Si tienen contadores o abogados que manipulan el sistema, pueden terminar sin pagar ningún impuesto. Pero el resto se ve afectado por una de las más altas tasas tributarias para empresas del mundo. Esto no tiene sentido y debe cambiar.

Así que, esta noche, les pido a los demócratas y republicanos que simplifiquen el sistema. Eliminen las brechas legales. Establezcan condiciones equitativas. Y utilicen los ahorros para reducir la tasa tributaria de las empresas por primera vez en 25 años, sin aumentar nuestro déficit.

Para ayudar a las empresas a vender más productos en el extranjero, nos hemos puesto la meta de aumentar al doble nuestras exportaciones para el 2014, porque cuanto más exportemos, más empleos creamos en el país. Nuestras exportaciones ya se han incrementado. Recientemente firmamos acuerdos con India y China que respaldarán más de 250,000 empleos en Estados Unidos. Y el mes pasado, finalizamos un acuerdo comercial con Corea del Sur que apoyará por lo menos 70,000 empleos en Estados Unidos. Este acuerdo cuenta con el respaldo sin precedente del sector empresarial y laboral; demócratas y republicanos, e insto a este Congreso a que lo pruebe lo antes posible.

Antes de asumir el mando, dejé en claro que íbamos a verificar el cumplimiento de nuestros acuerdos comerciales y que sólo suscribiría pactos que beneficiarán a los trabajadores estadounidenses y promovieran empleos en Estados Unidos. Eso fue lo que hicimos con Corea y eso es lo que pretendo hacer al procurar acuerdos con Panamá y Colombia, y continuar nuestras conversaciones comerciales con la región del pacífico de Asia y en el mundo.

Para reducir las barreras al crecimiento y la inversión he ordenado un análisis de las normas gubernamentales. Cuando encontremos normas que ponen cargas innecesarias en las empresas, las cambiaremos. Pero no dudaré en crear o velar por el cumplimiento de sensatas medidas de protección para proteger al pueblo estadounidense. Eso es lo que hemos hecho en este país durante más de un siglo. Es por ello que podemos comer nuestros alimentos o beber el agua o respirar el aire sin riesgo. Es por eso que tenemos límites de velocidad y leyes sobre el trabajo de menores. Es por eso que el año pasado pusimos en práctica medidas de protección al consumidor contra las cuotas y sanciones escondidas de las compañías de tarjetas de crédito y nuevas normas para evitar otra crisis financiera. Y es por eso que aprobamos la reforma que finalmente impide que el sector de seguros explote a los pacientes.

Ahora bien, oí rumores de que algunos de ustedes tienen algunos problemas con la nueva ley de cuidado de salud. Por lo tanto, permítanme ser el primero en decir que es posible mejorarlo todo. Si tienen ideas sobre maneras de perfeccionar esta ley y hacer la atención mejor o más económica, estoy deseoso de trabajar con ustedes. Podemos comenzar ahora mismo por corregir una falla en esta ley que ha impuesto una carga innecesaria de contabilidad en las pequeñas empresas.

Lo que no estoy dispuesto a hacer es regresar a los días en que las aseguradoras podían negarle cobertura a alguien debido a una enfermedad preexistente. No estoy dispuesto a decirle a James Howard, paciente de Texas con cáncer al cerebro, que es posible que no se cubra su tratamiento. No estoy dispuesto decirle a Jim Houser, dueño de una pequeña empresa en Oregon, que tiene que volver a pagar $5,000 más para ofrecerles cobertura a sus empleados. En este momento, esta ley está reduciendo el precio de los medicamentos recetados de las personas mayores y dándoles a los estudiantes sin seguro la oportunidad de permanecer en la póliza de sus padres. Entonces, en vez de volver a librar las batallas de los dos últimos años, arreglemos lo que necesita arreglarse y sigamos adelante.

Ahora bien, el paso final, un paso crucial, para ganarnos el futuro es asegurarnos de no agobiarnos con una montaña de deudas.

Vivimos con un legado de gasto en déficit que se inició hace casi una década. Y tras la crisis financiera, algo de eso fue necesario para continuar el flujo de crédito, preservar empleos y poner dinero en el bolsillo de la gente.

Pero ahora que lo peor de la recesión ha concluido, debemos enfrentar el hecho de que nuestro gobierno gasta más de lo que recauda. Eso no es sostenible. Todos los días las familias se sacrifican para vivir con lo que ganan. Merecen un gobierno que haga lo mismo.

Por lo tanto, esta noche estoy proponiendo que a partir de este año congelemos el gasto nacional anual durante los próximos cinco años. Esto reduciría el déficit en más de $400,000 millones en la próxima década y reducirá el gasto discrecional al más bajo porcentaje de nuestra economía desde que Dwight Eisenhower era presidente.

Para este congelamiento se requerirán recortes difíciles. Ya hemos congelado los salarios de los esmerados empleados federales durante los próximos dos años. He propuesto recortes en ámbitos muy importantes para mí, como programas de acción comunitaria. El secretario de Defensa también ha aceptado recortar decenas de miles de millones de dólares en gastos de los que él y sus generales consideran pueden prescindir.

Reconozco que algunos en esta Cámara ya han propuesto recortes más profundos y estoy dispuesto a eliminar cualquier cosa de la que realmente podemos prescindir. Pero asegurémonos de no hacerlo a costa de nuestros ciudadanos más vulnerables. Y asegurémonos de que lo que recortemos sea realmente lo excesivo. Reducir el déficit aniquilando nuestras inversiones e innovación y educación es como aliviar la carga de un avión arrojando el motor. Al comienzo quizás nos parezca que seguimos volando, pero no tardaremos en sentir el impacto.

Ahora, la mayoría de los recortes y ahorros que he propuesto sólo tienen que ver con el gasto nacional anual, que representa poco más de 12% de nuestro presupuesto. Para alcanzar más logros, es necesario que dejemos de aparentar que recortar este tipo de gasto, por sí solo, será suficiente. No es así.

La Comisión Fiscal bipartidista que constituí el año pasado dejó esto muy en claro. No estoy de acuerdo con todas sus propuestas, pero alcanzaron verdaderos logros. Y su conclusión es que la única manera de enfrentar nuestro déficit es recortar gastos excesivos donde quiera que los encontremos: en gastos nacionales, gastos de defensa, gastos de cuidado de salud y menores ingresos por recortes y lagunas tributarias.

Esto significa reducir más el costo del cuidado de salud, incluyendo programas como Medicare y Medicaid, que son los que más contribuyen a nuestro déficit a largo plazo. La reforma del seguro médico hará que estos costos no aumenten tan rápido, que es parte del motivo por el cual economistas independientes han dicho que la derogación de la ley de cuidado de salud agregaría un cuarto de billón de dólares a nuestro déficit. De todos modos, estoy dispuesto a considerar otras ideas para reducir los costos, incluida una que los republicanos sugirieron el año pasado: la reforma de la responsabilidad médica para disminuir las demandas frívolas.

Para hacer que pisemos tierra firme, también debemos encontrar una solución bipartidista a fin de darle mayor solidez al Seguro Social para beneficio de generaciones futuras. Y debemos hacerlo sin poner en peligro a los jubilados actuales, los más vulnerables o las personas con discapacidades; sin recortar los beneficios de generaciones futuras, y sin someter ingresos garantizados para la jubilación de los estadounidenses a los caprichos de la bolsa.

Y si realmente nos importa nuestro déficit, simplemente no podemos darnos el lujo de una extensión permanente de recortes tributarios para el 2% más acaudalado de los estadounidenses. Antes de quitarles dinero a nuestras escuelas o becas a los estudiantes, debemos exigir que los millonarios renuncien a su recorte tributario.

No es cuestión de castigarlos por su éxito. Es cuestión de promover el éxito de Estados Unidos.

De hecho, lo mejor que podríamos hacer con respecto a impuestos para beneficio de todos los estadounidenses es simplificar el código tributario individual. Será una tarea ardua, pero miembros de ambos partidos han expresado interés en hacerlo, y estoy dispuesto a sumarme a ellos.

Entonces, este es el momento de actuar. Este es el momento de que ambos lados y ambas cámaras del Congreso –demócratas y republicanos– lleguen a un acuerdo basado en los principios que logra el cometido. Si tomamos ahora las decisiones difíciles para disminuir nuestro déficit, podemos hacer las inversiones que necesitamos para ganarnos el futuro.

Permítanme adelantarme un paso más. No debemos simplemente darle a nuestro pueblo un gobierno con menores gastos. Debemos darle un gobierno que es más competente y eficiente. No podemos ganarnos el futuro con un gobierno del pasado.

Vivimos y hacemos negocios en la era de la información, pero la última gran reorganización del gobierno tuvo lugar en la era de la televisión en blanco y negro. Existen 12 agencias diferentes dedicadas a las exportaciones. Hay por lo menos cinco entidades diferentes dedicadas a la política de vivienda. Luego está mi ejemplo favorito: el Departamento del Interior está a cargo del salmón mientras está en agua dulce, pero el Departamento de Comercio se encarga de ellos cuando están en agua salada. Y tengo entiendo que la cosa se complica incluso más cuando están ahumados.

Ahora bien, hemos alcanzado grandes logros durante los últimos años en el uso de tecnología y la eliminación de despilfarro. Los veteranos ahora pueden descargar historias médicas electrónicas con apenas pulsar el ratón. Estamos vendiendo acres de oficinas federales que no se han usado en muchos años y disminuiremos la burocracia para salir de más. Pero es necesario que avancemos más. En los próximos meses, mi gobierno formulará una propuesta para combinar, consolidar y reorganizar al gobierno federal de la manera más conveniente para lograr el objetivo de un Estados Unidos más competitivo. Someteré esa propuesta a consideración del Congreso, y presionaremos para que se apruebe.

Este año, también trabajaremos arduamente para hacer que el público vuelva a tener fe en la institución del gobierno. Ya que ustedes merecen saber exactamente cómo y dónde se gasta el dinero de los contribuyentes, podrán ir a un sitio de Internet y obtener esa información por primera vez en la historia. Ya que ustedes merecen saber cuándo sus funcionarios públicos se reúnen con cabilderos, le pediré al Congreso que haga lo que la Casa Blanca ya ha hecho: sacar esa información en Internet. Y debido a que el pueblo estadounidense merece saber que los intereses especiales no nos están llenando propuestas con proyectos favoritos, ambos partidos del Congreso deben saber lo siguiente: si llega a mi despacho una propuesta con asignaciones para proyectos particulares, la vetaré.

Un gobierno del siglo XXI abierto y competente; un gobierno que no gasta por encima de sus ingresos; una economía impulsada por nuevas actitudes e ideas... Nuestro éxito en este mundo nuevo y cambiante requerirá de reforma, responsabilidad e innovación. También requerirá que tratemos a ese mundo con un nuevo nivel de participación en nuestra política exterior.

Así como los empleos y las empresas ahora pueden cruzar fronteras en un instante, también lo pueden hacer nuevas amenazas y nuevos desafíos. No existe muro que separe al oriente del occidente; no hay una superpotencia rival alineada contra nosotros.

Entonces, debemos vencer a enemigos decididos dondequiera que estén y forjar coaliciones que crucen límites de región, raza y religión. El ejemplo moral de Estados Unidos debe brillar siempre para todos aquellos que anhelan la libertad, justicia y dignidad. Ya que hemos iniciado esta labor, esta noche podemos decir que el liderazgo de Estados Unidos se ha renovado y que la posición de Estados Unidos se ha restaurado.

Consideren Irak, de donde casi 100,000 de nuestros valientes hombres y mujeres han salido con la frente en alto; donde las patrullas de combate de Estados Unidos han concluido; la violencia ha disminuido, y se ha constituido un nuevo gobierno. Este año, nuestros civiles forjarán una alianza perdurable con el pueblo iraquí, mientras concluimos la labor de movilizar a nuestras tropas fuera de Irak. Estados Unidos ha cumplido con su compromiso: la guerra en Irak está llegando a su fin.

Por supuesto que, mientras hablamos, Al Qaida sus afiliados continúan planeando ataques contra nosotros. Gracias a nuestros profesionales de inteligencia y de la ley, estamos interrumpiendo complots y resguardando nuestras ciudades y espacio aéreo. Y mientras los extremistas tratan de inspirar actos de violencia dentro de nuestras fronteras, estamos respondiendo con la fuerza de nuestras comunidades, con el respeto al imperio de la ley y con la convicción de que los musulmanes estadounidenses son parte de nuestra familia estadounidense.

También hemos llevado al extranjero la lucha contra Al Qaida y sus aliados. En Afganistán, nuestras tropas han tomado control de baluartes del Talibán y entrenado a las Fuerzas de Seguridad de Afganistán. Nuestro propósito es claro: al impedir que el Talibán recupere el control del pueblo afgano, le negaremos a Al Qaida el refugio que sirvió de plataforma de lanzamiento para el 11 de septiembre.

Gracias a nuestros heroicos soldados y civiles, menos afganos están bajo control de los insurgentes. Hay una lucha difícil por delante, y el gobierno afgano deberá gobernar mejor. Pero estamos aumentando la capacidad del pueblo afgano y forjando una alianza perdurable con ellos. Este año trabajaremos con casi 50 países para iniciar una transición al liderazgo afgano. Y en julio, comenzaremos a traer a nuestros soldados a casa.

En Pakistán, los líderes de Al Qaida están bajo más presión que nunca antes desde el 2001. Sus líderes y agentes están siendo eliminados en el campo de batalla. Sus refugios se están encogiendo. Y hemos enviado un mensaje desde la frontera de Afganistán hasta la Península Arábiga y todas las regiones del mundo: no cejaremos, no titubearemos y los venceremos.

El liderazgo de Estados Unidos también se puede ver en el esfuerzo por almacenar en lugares seguros las peores armas de guerra. Gracias a la aprobación por republicanos y demócratas del Nuevo Tratado START, se emplazarán mucho menos armas y lanzadores nucleares. Debido a que unimos al mundo, se están resguardando materiales en todos los continentes para que nunca caigan en manos de terroristas.

Debido a un esfuerzo diplomático para insistir en que Irán cumpla con sus obligaciones, el gobierno de Irán ahora enfrenta sanciones más duras y estrictas que nunca antes. Y en la Península de Corea, respaldamos a nuestro aliado Corea del Sur e insistimos en que Corea del Norte cumpla con su compromiso de abandonar las armas nucleares.

Estas son apenas algunas de las formas en las que estamos forjando un mundo que favorece la paz y prosperidad. Con nuestros aliados en Europa, revitalizamos la OTAN y aumentamos nuestra cooperación en todo, desde antiterrorismo hasta defensa antimisiles. Hemos restablecido nuestras relaciones con Rusia, reforzado nuestras alianzas en Asia y forjado nuevas sociedades con países como India. En marzo, viajaré a Brasil, Chile y El Salvador para forjar nuevas alianzas para el progreso en el continente americano. Alrededor del mundo, estamos apoyando a quienes asumen responsabilidad, ayudando a agricultores a cultivar más alimentos; apoyando a médicos para que cuiden a los enfermos, y combatiendo la corrupción que puede hacer que una sociedad decaiga y le quite oportunidades a la gente.

Eventos recientes nos han demostrado que lo que nos distingue no debe ser solamente nuestro poderío; debe ser el propósito detrás de él. En el sur de Sudán, con nuestra ayuda, la gente finalmente pudo votar a favor de la independencia tras años de guerra. Miles se pararon en fila antes del amanecer. La gente bailó en las calles. Un hombre que había perdido a cuatro hermanos en la guerra resumió lo que veía alrededor así: “Este fue un campo de batalla durante gran parte de mi vida. Ahora queremos ser libres”.

Vimos ese mismo anhelo por ser libres en Túnez, donde la voluntad del pueblo resultó ser más poderosa que las órdenes de un dictador. Y esta noche, seamos claros: Estados Unidos de Norteamérica está de lado del pueblo de Túnez y apoya las aspiraciones democráticas de todos los pueblos.

Nunca debemos olvidar que aquello por lo que nos hemos esforzado y luchado radica en el corazón de gente en todas partes. Y siempre debemos recordar que los estadounidenses que han asumido mayor responsabilidad por esta lucha son los hombres y mujeres al servicio de nuestro país.

Esta noche, pronunciémonos al unísono reafirmando que nuestra nación está unida en su respaldo de nuestros soldados y sus familias. Cumplamos con ellos así como ellos han cumplido con nosotros: al darles el equipo que necesitan; al proporcionarles la atención y los beneficios que se han ganado, y al reclutar a nuestros veteranos en la gran tarea de construir nuestra propia nación.

Nuestros soldados provienen de todos los rincones de este país. Son negros, blancos, latinos, asiáticos e indígenas americanos. Son cristianos e hindúes, judíos y musulmanes. Y sí, sabemos que algunos de ellos son homosexuales. A partir de este año, no se prohibirá que ningún estadounidense sirva al país que ama debido a quién ama. Y con ese cambio, insto a todos nuestros recintos universitarios a que abran sus puertas a nuestros reclutadores militares y al ROTC. Es hora de dejar atrás las batallas polarizadoras del pasado. Es hora de avanzar como una sola nación.

No debemos engañarnos sobre el trabajo por delante: reformar nuestras escuelas; cambiar la manera que usamos la energía, reducir nuestro déficit. Nada de esto será fácil. Todo ello tomará tiempo. Y será más difícil porque discutiremos sobre todo: el precio, los detalles, la letra de cada ley.

Por supuesto que algunos países no tienen este problema. Si el gobierno central quiere un ferrocarril, consigue un ferrocarril, independientemente de cuántas viviendas debe demoler. Si no quiere un artículo negativo en los diarios, no se escribe.

Pero por más contenciosa y frustrante y desagradable que a veces puede ser nuestra democracia, sé que no hay una sola persona aquí que la cambiaría por otro país del mundo.

Discrepamos sobre política, pero todos nosotros creemos en los derechos consagrados en nuestra Constitución. Por más que tengamos opiniones divergentes, creemos en la misma promesa que dice que este es un lugar donde uno puede ser exitoso si se esfuerza. Por más que tengamos diferentes orígenes, creemos en el mismo sueño que dice que este es un país donde cualquier cosa es posible, independientemente de quién es, independientemente de dónde viene.

Es por ese sueño que me paro ante ustedes esta noche. Es por ese sueño que un muchacho de la clase obrera de Scranton puede pararse detrás de mí. Es por ese sueño que alguien que comenzó barriendo el piso del bar de su padre en Cincinnati puede ser presidente de la Cámara de Representantes en el más grandioso país del mundo.

Ese sueño, ese Sueño Americano, es lo que llevó a los hermanos Allen a reinventar su compañía de techado para una nueva era. Es lo que inspiró a aquellos estudiantes en Forsyth Tech a obtener nuevos conocimientos y trabajar por un futuro. Y ese sueño es el caso de un pequeño empresario llamado Brandon Fisher.

Brandon comenzó una empresa en Berlin, Pensilvania que se especializa en un nuevo tipo de tecnología de perforación. Un día el verano pasado, vio la noticia de que al otro lado del mundo, 33 hombres estaban atrapados en una mina de Chile y nadie sabía cómo salvarlos.

Pero Brandon pensó que su compañía podía ayudar. Y entonces, formuló un rescate que llegaría a conocerse como el Plan B. Sus empleados trabajaron día y noche para fabricar el equipo necesario de perforación. Y Brandon partió para Chile.

Junto con otros, comenzó a perforar en el suelo un hoyo de 2,000 pies, trabajando tres o cuatro días a la vez sin dormir. Treinta y siete días más tarde, el Plan B tuvo éxito, y se rescató a los mineros. Pero debido a que no quería toda esa atención, Brandon no estuvo allí cuando los mineros salieron a la superficie. Ya había regresado a casa, a trabajar en su próximo proyecto.

Más adelante uno de sus empleados dijo sobre el rescate, “Probamos que Center Rock es una empresa pequeña pero hacemos grandes cosas”.

Hacemos grandes cosas.

Desde los primeros días de nuestra fundación, Estados Unidos es un país de gente promedio que se atreve a soñar. Es así que nos ganamos el futuro.

Somos una nación que dice, “Quizá no tenga mucho dinero, pero tengo esta gran idea para una nueva compañía. Quizá no venga de una familia de graduados universitarios, pero seré el primero en obtener mi grado. Quizá no conozca a esas personas en apuros, pero pienso que puedo ayudarlas y necesito tratar. No estoy seguro de cómo llegar a ese lugar más allá del horizonte, pero sé que llegaremos allí. Sé que lo haremos”.

Hacemos grandes cosas.

La idea de Estados Unidos perdura. Nuestro destino sigue siendo lo que decidamos que sea. Y esta noche, más de dos siglos más tarde, es gracias a nuestra gente que nuestro futuro está lleno de esperanza, nuestra travesía continúa y el estado de nuestra nación es sólido.

Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos de Norteamérica.

LA VANGUARDIA
.

Sunday, January 23, 2011

Las dos grandes leyes de la productividad. Pareto y Parkinson

productivity-tools.jpgPor David Cantone

Blog de David Cantone

Cada día nos pasamos horas y horas trabajando y, al final del día, cuando llegamos a casa y pensamos en lo conseguido después de tan exhausta jornada nos preocupamos por los pobres resultados obtenidos. “¿Cuál es la falla?” Nos preguntamos. “No lo entiendo, no será por horas. He tenido un mes para acabar este trabajo. Sea cual sea el problema tendré que pensar en ello otro día pues hoy me voy a tener que quedar trabajando hasta entrada la madrugada para terminar la tarea”.

Creedme cuando os digo que las dos leyes que voy a compartir con vosotros son la clave para que eso no vuelva a ocurrir jamás.

Cada una de estas leyes es útil por su cuenta pero si las utilizáis combinadas su poder es inmenso. Si aplicáis estás dos leyes en vuestro trabajo de una forma sistemática os aseguro que el aumento de vuestra productividad os asombrará, y, lo mejor de todo, tendréis más tiempo libre para hacer con él lo que queráis. Recordad, productividad no es trabajar más sino obtener más y mejores resultados dedicando igual o menos tiempo para obtenerlos.

Sin más dilación hoy voy a presentar a las Dos Grandes Leyes de la Productividad: Ley de Pareto y Ley de Parkinson.


La Ley de Pareto

La Ley de Pareto, también conocida como la Regla 80/20, consiste en que se ha descubierto que, de una forma aproximada, el 20% de una acción produce el 80% de los efectos, mientras que el 80% restante sólo origina el 20% de los efectos. ¿Qué significa esto traducido a un lenguaje que todos podamos comprender? Significa que de todas las actividades que hagamos a lo largo del día tan sólo un 20% aproximado de ellas producen el 80% de los efectos/resultados. Dicho de otra forma, la mayor parte del día estamos ocupados haciendo tareas intrascendentes en atención a la poca incidencia que estas tienen en los resultados deseados.

Cómo aplicar la Ley de Pareto en tu trabajo diario

1. Lo primero de todo es identificar ese 20% de las actividades que produce el 80% de los resultados.

Coge una hoja y escribe una lista de todas las tareas que haces a lo largo del día. Después, al lado de cada una, señala los resultados que estimas que esa acción produce. Aquí la clave está en valorar adecuadamente los resultados que se conseguirán al acabar la tarea. Sabemos que no todas las tareas tienen una recompensa o un resultado inmediato, por lo que habrá que tener en cuenta también el provecho que se espera conseguir a largo plazo. De no poder hacer una valoración exacta de la tarea deberás hacer tu propia valoración. Todas las tareas deben de tener una misma forma de valoración de su relevancia. Las dos que yo uso son: (1) la relevancia de las tareas cuantificada en dinero; y (2), la relevancia cuantificada mediante una asignación numérica creada por nosotros.

Lo bueno de utilizar la primera forma de valoración es que la mayoría de actividades son cuantificables en dinero. La primera es especialmente útil cuando ya conoces el dinero que te aporta cada actividad. Por ejemplo, imaginemos que tenemos un negocio online de venta de un producto alimenticio. Tenemos mil clientes que cada mes nos compran ese producto. Debido al aumento de clientes cada vez gastamos más tiempo y recursos en la atención de sus quejas y de otros problemas varios con la entrega de los pedidos. Pues bien, observando los pedidos de cada cliente nos damos cuenta que la gran mayoría de los pedidos (un 78% del total) los hacen unos pocos clientes (24% del total). La estrategia a seguir si aplicamos la Ley de Pareto es clara: a partir de ahora vamos a centrar la mayor parte de nuestro tiempo y esfuerzo en atender y satisfacer las necesidades de ese 24% de clientes. Ahora ya no veremos diluido nuestro tiempo y recursos en mil clientes sino tan sólo en 240 clientes. El servicio se optimiza para ellos, se simplifica el tejido distributivo, se reduce el tamaño de la empresa y la atención a esos clientes mejora considerablemente. Resultado: Los clientes están contentos; reforzamos su fidelidad a nuestro producto; esos clientes hablan bien de nuestro producto y de nosotros, por lo que ganamos nuevos clientes “de calidad”; al reducir el tamaño de la empresa y simplificar las operaciones que hay que llevar a cabo se reducen notablemente los costes (menos personal en la empresa, menos subcontratación, etc.). En definitiva, con menos trabajo más beneficios. ¿Nada mal verdad?

En cuanto a la segunda forma de valoración, esta es, asignar a la tarea un número que refleje su relevancia (ej: 1 al 5), resulta muy útil cuando no hay una cuantificación monetaria de la tarea o actividad ya preestablecida. Por ejemplo, escribir un libro sobre financiación de startups. No sabemos qué beneficios nos va aportar, si alguno, aunque podemos hacer una estimación orientativa de estos. Por ejemplo, habría que tener en cuenta el dinero que podemos obtener de la venta de copias del libro; la reputación que ganaríamos por haber publicado un libro sobre startups; los nuevos clientes que podríamos atraer gracias al libro, y un largo etc. Como podéis ver en este supuesto la valoración no está clara. Aquí resulta más fácil asignar a la actividad un número orientativo de su relevancia, pongamos un 4, que no cuantificar el resultado en dinero (¿cuánto nos aportará? ¿3000? ¿6000? ¿200?).

2. Administrar el tiempo de tal forma que el grueso de nuestro trabajo se destine a ese 20% de tareas

Identificadas las tareas que producen el mayor resultado es momento de saber distribuir el tiempo para optimizar los resultados de nuestro trabajo. Dicho en otras palabras, la mayor parte del día te has de dedicar a trabajar en aquellas tareas que más resultados te aportan. Una buena distribución de tiempo, y muy fácil de recordar, sería un 80% del tiempo destinarlo a aquellas tareas más relevantes y un 20% del tiempo destinarlo al resto de tareas menos relevantes que no hayamos podido eliminar o delegar.

3. Qué hacer con ese 80% de tareas que nos quita tanto tiempo y tan poco provecho nos aporta

Con ese 80% de tareas que nada o poco nos aporta hay que o bien eliminarlas o, de no poderse eliminar, delegarlas. Si tampoco las podemos delegar, habrá que agruparlas y tratar de hacerlas todas en un mismo período de tiempo, para que no se diseminen a lo largo del día.

  • Eliminarlas: Simplemente dejas de hacer la tarea de que se trate.

  • Delegarlas: Se las traspasas a otra u otras personas, ya sea porque a él o ella le gusta hacerlas, porque tú tienes una posición de dominio con respecto a esta persona o porque le pagas por hacerlo. A veces sale a cuenta pagar a un tercero para que te haga un trabajo que, aunque podrías hacerlo tú mismo, el esfuerzo que deberías dedicarle no merece el resultado que obtendrías.

  • Agruparlas: Aquellas tareas que no se puedan eliminar o delegar deben de ser, en la medida de lo posible, agrupadas y llevadas a cabo en un mismo periodo de tiempo. Por ejemplo, de 4 a 5pm, antes de plegar del trabajo. Se pueden distribuir en más de un período durante el día (de 8 a 9am y de 3 a 5pm) dependiendo de su cantidad y tipología. Otra posibilidad sería destinar un día entero a esas tareas (por ejemplo el viernes). Lo que no queremos que pase es que estas tareas de “baja calidad” se diseminen a lo largo del día. Con ello, evitaremos estar todo el día ocupado con ellas y, además, liberaremos nuestra mente de la carga que supone tener esas tareas pendientes. Ya no nos preocuparemos más por esas tareas mientras estemos trabajando en lo realmente importante, porque ahora ya hemos asignado un momento del día concreto para hacerlas.

Si quieres saber más sobre agrupar tareas para potenciar tu productividad te recomiendo que te leas este otro artículo: Productividad para Dummies

4. El verdadero alcance en la aplicación de la Ley de Pareto

Hasta ahora hemos hablado de la Ley de Pareto aplicada al trabajo y a la actividad empresarial, y hemos hecho referencia a la existencia de muchas tareas distintas. La Ley de Pareto tiene un alcance mucho mayor al arriba explicado. Veamos algunos ejemplos concretos de otras aplicaciones de la Ley de Pareto:


La Regla 20/80 aplicada a una sola actividad o tarea

En efecto, la Ley de Pareto se puede aplicar a una actividad única. Lo único que hemos de hacer es dividir la tarea en aquellos elementos que la forman y asignar un valor a cada parte. Por ejemplo, la elaboración de un trabajo, de un plan de negocio, de un estudio de mercado, etc. Podemos considerar que la búsqueda de la información necesaria es un trabajo que bien podríamos delegar a un tercero. Nosotros podemos destinar nuestro valioso tiempo a analizar los datos que nos den. Otro ejemplo sería cualquier tarea que tenga subtareas, nosotros deberíamos centrarnos en las subtareas que más impacto tuvieran en el resultado final.


La Regla 20/80 aplicada a diferentes esferas de la vida

La Ley de Pareto no sólo sirve para ser más productivo en el trabajo sino para serlo en cualquier esfera de la vida que te puedas imaginar. Ejemplos hay cientos pero me limitaré a darte dos:

- Aprendizaje de idiomas

Identifica y apréndete las estructuras gramaticales y las palabras más usadas de un idioma.

- Relaciones personales

Identifica aquellas relaciones personales que más te aportan y concéntrate en ellas.

Identifica que cosas te hacen mejorar tu relación de pareja y céntrate en llevarlas a cabo de la mejor forma posible.

En resumen

Identifica lo realmente importante y centra tus esfuerzos en hacerlo lo mejor posible. El resto menos importante lo desechas, lo delegas o lo agrupas para hacerlo en un periodo determinado de tiempo.

La Ley de Parkinson

Según la Ley de Parkinson el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible hasta que se termine. En otras palabras, si disponemos de una semana para hacer una tarea dedicaremos todo el tiempo de que disponemos para hacerla y no la acabaremos hasta el último día que nos quede. Esto es tan cierto como el amanecer. Esto es así, según mi opinión, debido básicamente a dos razones:

(1) nuestra mente se adapta al tiempo de que dispone. Si el tiempo es mayor del estrictamente necesario habrá una tendencia a no trabajar en la tarea los primeros días o hacerlo con una mala concentración y a un ritmo extremadamente lento. A medida que pasen los días y el tiempo nos apriete nuestra mente empezará a ser más diligente y nuestra concentración empezará a aumentar.

(2) La dificultad de dar por concluido un trabajo antes de que cumpla el plazo. Siempre creemos que lo podemos mejorar. Es lo que yo llamo la búsqueda obsesiva de la perfección. De haber tiempo de sobra habrá una tendencia a buscar más información de la necesaria y a escribir demasiado, cosa que motivará que el trabajo hecho sea demasiado farragoso, largo y complejo. O sea, que a más tiempo disponible más divagará nuestra cabecita y, además, tenderá a complicar lo que podría resultar sencillo.

Visto en qué consiste la Ley de Parkinson ahora vamos a ver cómo aplicarla en nuestro trabajo para que juegue a nuestro favor. La estrategia a seguir es sencilla: Reducir el tiempo de que disponemos para hacer la tarea. ¿Cómo limitamos el tiempo que tenemos para realizar la tarea? Cómo a la cabeza no se le puede engañar fácilmente utilizaremos una serie de “trucos” que nos ayudarán:

(1) si la tarea a realizar es larga y/o difícil la dividiremos en partes. Entonces, en una hoja le asignaremos a cada parte un plazo de tiempo determinado en el que la tenemos que terminar. El tiempo determinado tendrá que ser el que creamos estrictamente necesario para llevar a cabo la tarea. Más vale pasarse de corto que de largo.

(2) Marcaremos en la agenda o el calendario la fecha en la que queremos tener toda la tarea terminada y lista para ser entregada. La fecha debe de ser anterior a la fecha real.

(3) Si ni con esas conseguimos hacer las tareas en menos tiempo hay que recurrir a una medida más drástica pero que seguro que funciona: Haremos más tareas de las que en principio tenemos asignadas para esa fecha. Por ejemplo, si nos encargan una tarea para dentro de 4 días y nosotros creemos que 2 días son suficientes, en vez de hacer sólo esa tarea nos proponemos hacer dos tareas en esa semana. Así conseguiremos, dedicando el mismo tiempo, hacer dos tareas en vez de una sola. Recordad que no trabajaréis más sino mejor. Dedicaréis el mismo tiempo que hubieras dedicado a la tarea asignada pero con la diferencia que aquí tendréis dos tareas acabadas o, al menos, una acabada y la otra avanzada.


Qué conseguiremos aplicando la Ley de Parkinson a nuestro trabajo

Trabajaremos sin tantas divagaciones de la mente y mucho más concentrados, por lo que tardaremos menos en acabar las tareas que tengamos encargadas.

Al disponer de menos tiempo ajustaremos su contenido a lo estrictamente necesario, por lo que el resultado será conciso y claro. Esto es algo positivo, pues la gente quiere cosas masticadas y centradas en lo realmente importante. Como antes dije, demasiado tiempo muchas veces tiende a trabajos extremadamente largos, confusos, y con contenidos innecesarios en atención al objeto de la tarea. El objetivo de toda tarea es hacerla bien y fácil de entender y cuanto menos tiempo tengamos disponible más directo y conciso será el resultado de nuestro trabajo.

Con la práctica de esta ley de forma sistemática instalaremos el hábito de trabajar siempre con una óptima concentración. Cada día seremos mejores en la medición de los días que necesitamos para acabar una tarea y sabremos manejar mejor el tiempo disponible.

Una advertencia

En el caso de que queráis aplicar la Ley Parkinson para estudiar para un examen o para prepararse antes de una presentación o discurso os recomiendo que, de acabar con la preparación antes de tiempo, no dejéis de repasar lo preparado. De lo contrario, correréis el riesgo de olvidar parte de lo previamente aprendido.

La aplicación conjunta de ambas leyes

Como ya dije al principio de este artículo, la aplicación de cada una de estas leyes por separado es poderosa pero la aplicación conjunta de ambas es, sin lugar a dudas, la herramienta más potente que existe para alcanzar una cota superior de trabajo productivo. Pruébalas esta semana en tu trabajo y me cuentas qué tal te ha ido con ellas.

¿Y tú qué opinas? ¿Conocías ya estas dos leyes? ¿Has probado su eficacia? ¿Alguna experiencia que hayas tenido con ellas? Deja tu comentario abajo o envíame un mensaje via Twitter.

¿Te ha gustado el artículo? Por favor, ayúdame compartiéndolo con tus amigos. Clica en el botón de me gusta de Facebook o al de Retweet de Twitter. Gracias camarada.

Artículos Relacionados:

  1. Dispara tu Productividad Diciendo No a las Interrupciones

  2. Productividad para Dummies

  3. Lo Perfecto es Enemigo de lo Bueno

  4. Como Desarrollar el Habito de la Escritura

  5. La Sobrevaloracion de las Ideas en la Iniciativa Empresarial Online

Monday, January 17, 2011

La receta de Chávez para mantenerse en el poder

Revelan fórmula de Chávez para mantenerse en el poder

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, habla hoy, sábado 15 de  enero de 2011, en la Asamblea Nacional, en Caracas (Venezuela), donde  realiza la presentación de su informe anual de gestión. El mandatario  aseguró que la vuelta al Parlamento de la oposición es  "maravillosa" y llamó a los diputados contrarios al Gobierno a  no perder la oportunidad y sembrar junto al oficialismo "la  semilla del diálogo" en el Legislativo. EFE/ David Fernández
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, habla el sábado 15 de enero de 2011, en la Asamblea Nacional, en Caracas (Venezuela), donde realiza la presentación de su informe anual de gestión. El mandatario aseguró que la vuelta al Parlamento de la oposición es "maravillosa" y llamó a los diputados contrarios al Gobierno a no perder la oportunidad y sembrar junto al oficialismo "la semilla del diálogo" en el Legislativo. EFE/ David Fernández

adelgado@elnuevoherald.com

Pese a su declarada devoción al socialismo, el proyecto político del presidente Hugo Chávez carece de una "ideología consistente'' y las acciones del mandatario venezolano están más ligadas con sus deseos de perpetuarse en el poder que con alguna visión de desarrollo, dijo la embajada estadounidense en Caracas en un cable divulgado por WikiLeaks.

El cable, elaborado a mediados del 2009 por el subasesor Político de la embajada, Dan Lawton, enumera lo que llamó los Diez Principios Básicos del Chavismo, preceptos que esbozan el recetario que parece ser seguido por Chávez para mantenerse en el poder.

Ninguna de estas normas parece tomar en cuenta los requerimientos para el desarrollo de Venezuela, declaró el cable que devela la detenida atención con que el gobierno estadounidense observa los acontecimientos del país sudamericano.

"Más bien, el presidente venezolano actúa en base a un manual de operaciones que es cada vez más autoritario y que busca garantizar su liderazgo indefinido e incuestionable, concentrando más y más poder en sus manos'', expuso el cable.

"El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela defiende agresivamente su legitimidad democrática mientras al mismo tiempo persigue a líderes claves de la oposición, polariza a la sociedad a través de la división de clases y política y exagera la existencia de enemigos internos y externos para justificar medidas represivas'', escribió Lawton.

Chávez también destina grandes cantidades de recursos para estimular el culto en torno a su personalidad, en lo que vendría a ser el primero de los preceptos enumerados en el cable.

Desde un masivo despliegue de vallas publicitarias hasta parafernalia con imagen del mandatario comúnmente ofrecidas por vendedores ambulantes, el rostro de Chávez es fácil de encontrar en las calles venezolanas, al tiempo que sus frecuentes apariciones en las cadenas de radio y televisión también le aseguran una constante presencia dentro de los hogares.

Asimismo, el mandatario venezolano ha asumido la tarea de promocionar el concepto de que sólo él podría desarrollar el proceso revolucionario, reforzando el mensaje de que sin Chávez no podría existir el Chavismo.

"No ha preparado a ningún sucesor, y frecuentemente regaña a sus más cercanos asesores públicamente'', resaltó la misiva. ‘‘(...) Chávez ha declarado en numerosas ocasiones que es indispensable para la Revolución Bolivariana''.

La concentración de poderes ocupa el segundo puesto en el recetario del mandatario venezolano, quien se ha abocado a ampliar el papel del Estado en las vidas de los venezolanos.

Según el cable, Chávez ha tenido gran éxito en este propósito hasta el extremo de que en Venezuela actualmente no hay separación de poderes.

"Chávez tiene un firme control sobre todos los poderes del gobierno'', resaltó el cable, antes de calificar de "tonta'' la decisión de la oposición de boicotear las elecciones parlamentarias del 2005, lo que le dio efectivo control sobre la Asamblea Nacional, y añadir: "Con pocas excepciones, el poder judicial se pronuncia a favor del poder ejecutivo, incluso en casos privados de implicaciones políticas''.

Chávez también está estrangulando a los gobiernos locales desde arriba y desde abajo, señala el cable, elaborado mucho antes de la aprobación de las leyes de Poder Popular que instauran una estructura paralela de gobierno que acentúa mucho más el cerco impuesto a las alcaldías y a las gobernaciones.

Cualquier percepción de exceso cometidos por el gobierno es frecuentemente justificado por la necesidad del régimen de defenderse de los enemigos internos y externos del proceso, cuya amenaza el mandatario exagera en cumplimiento de lo que vendría siendo el precepto número tres de la lista.

"Chávez insiste en describir a Estados Unidos (al cual se refiere habitualmente como El Imperio) como el enemigo de Venezuela'', relató el cable.

Aún cuando la mayoría de los venezolanos no sienten odio por los Estados Unidos, su posición como paladín del antiimperialismo sirve para generar un conveniente fervor nacionalista dentro de su base más firme de seguidores.

El cable señaló que Chávez ha suavizado el tono de sus ataques tras el ingreso de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos, cuya elección llegó a alabar en público.

No obstante, el mandatario venezolano sigue pronunciándose contra Estados Unidos, país que dice ser controlado por los grandes grupos económicos, los militares y la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

Por otro lado, Chávez constantemente acusa a la oposición de tramar su asesinato en coordinación con Estados Unidos, factor que busca interrumpir el diálogo entre sus filas y las de sus adversarios y ayuda a alcanzar las metas del cuarto precepto: la polarización.

Al promover la lucha contra la oligarquía, Chávez hace uso de las divisiones de clase dentro del país para sacarle réditos políticos, expuso el cable.

"Al dirigirse casi exclusivamente a más de 70 por ciento de los venezolanos que son pobres, Chávez ha mantenido una mayoría electoral confiable'', articuló la misiva.

El gobierno de Chávez no sólo está canalizando recursos a los sectores de menores ingresos, sino que también le está dando una mayor prioridad al papel del Estado dentro de la economía a perjuicio del sector privado.

Estas acciones, no obstante, están generando grandes presiones sobre la clase media, fomentando la fuga de cerebros y acentuando la dependencia económica de la población en el Estado.

Pese a sus esfuerzos por concentrar el poder, Chá- vez insiste en que su régimen de gobierno es democrático, característica descrita en el quinto precepto del cable.

El gobierno de Chávez argumenta que el modelo de "democracia participativa'' que implementa es superior al de la democracia representativa, rechazando el concepto de separación de poderes y la autonomía institucional como nociones burguesas y desprestigiadas.

Chávez regularmente señala que Venezuela ha realizado elecciones nacionales casi anualmente desde que resultó electo en 1998, en un intento por forzar la diferencia entre ser electo y gobernar democráticamente.

"Ansioso por preservar su legitimidad democrática dentro y fuera del país, Chávez y altos funcionarios venezolanos reaccionan inmediata y desproporcionadamente contra cualquier crítica sobre los abusos del gobierno'', formuló el cable.

Estas reacciones normalmente consisten en acusaciones de interferencia de los asuntos internos de Venezuela, en los casos de que las críticas provienen del exterior, o en intentos por desacreditar a las personas u organizaciones que las emiten, sin realmente tratar la substancia de las objeciones.

Por otro lado, la disensión no es permitida internamente por el Chavismo. Según el sexto precepto, la lealtad es una cualidad superior a la eficiencia.

"La característica común más importante entre los ministros y funcionarios de alto nivel de Chávez es su incuestionable lealtad para con el presidente venezolano'', señaló el cable.

Chávez ha mantenido en el gobierno a gente que le es leal incluso cuando estos carecen de capacidad administrativa, pero su proceder también demuestra que desconfía de ellos, al evitar que estos acumulen experiencia real o que desarrollen sus propias bases de respaldo.

El mandatario venezolano también se esfuerza por aplastar cualquier signo de oposición a través del escarmiento. No obstante, el séptimo precepto estipula que las víctimas políticas sean seleccionadas cuidadosamente, centrándose sólo en líderes emblemáticos de los diferentes sectores.

"Este tipo de represión calibrada hasta ahora le ha permitido evitar grandes manifestaciones públicas de rechazo mientras que ha creado un clima de miedo en la sociedad civil y ha ayudado a promover la autocensura'', explicó el cable.

Los ejemplos de esta práctica son numerosos, e incluyen los cargos presentados contra el ex alcalde de Maracaibo y ex candidato presidencial, Manuel Rosales; Carlos Ortega, ex líder de la mayor organización sindical del país y el cierre de la cadena de televisión, RCTV.

Asimismo, Chávez ha afianzado su poder en el país a través de la creación de estructuras paralelas, en el octavo de los preceptos observados.

El gobierno bolivariano y sus aliados han creado nuevos organismos e instituciones en un intento por mermar y flanquear a aquellas organizaciones que no ha logrado controlar.

Internamente, el gobierno bolivariano ha promovido la creación de NGOs, grupos empresariales, sindicatos y redes de radio y televisión, las cuales conjuntamente con las denominadas misiones, que están ahora recibiendo gran parte de los recursos que antes eran entregados a organizaciones --algunas de ellas estatales-- que no le son leales a Chávez.

Internacionalmente, Chávez promueve la creación de organizaciones multilaterales que realzan su influencia y combaten al Imperio. Organizaciones como el ALBA, Petrocaribe, UNASUR y el Banco del Sur son herramientas que buscan suplantar o debilitar a la Organización de Estados Americanos, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

En un intento por consolidar la homogeneidad, Chávez ha tratado de fomentar la noción de que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es lo mismo que el Estado, en lo que vendría siendo el noveno precepto.

Según el cable, esto es realizado a través de campañas publicitarias masivas y por las presiones gubernamentales sobre los más de dos millones de funcionarios públicos para que respalden las propuestas del gobierno durante las frecuentes elecciones que se realizan en el país.

Chávez también obligó a los diferentes partidos que le respaldaban a integrarse dentro del PSUV.

Finalmente, Chávez ha asumido la tarea de monopolizar el nacionalismo en lo que vendría siendo el décimo precepto.

"Chávez declara tener derechos exclusivos sobre los símbolos nacionales y patrios'', resaltó el cable. ‘‘Regularmente cita a Bolívar y a otros líderes nacionales, insistiendo en que fueron socialistas prematuros''.

Y si Chávez es el heredero de la causa de Bolívar, sus adversarios son los abanderados del yugo y la opresión. Efectivamente, Chávez y sus allegados normalmente se refieren a ellos como traidores a la patria y agentes pagados por los intereses extranjeros.

Tuesday, January 04, 2011

Se avizora una gran batalla económica en 2011


Ana Isabel Laguna

Si el 2010 fue un año "muy malo para el país" en términos económicos debido al descenso en las ventas y en el consumo; para este 2011 las proyecciones tampoco son muy "alentadoras", pues el anuncio de nuevos impuestos más la contracción en la producción de áreas antes manejadas por el sector privado, ahora bajo el timón del Estado a raíz de las expropiaciones, acelerarán más la inflación, estimándose que llegue a 30 por ciento.

No obstante, a nivel macroeconómico se ventilan indicadores positivos por el posible aumento en los precios petroleros, que podrían ubicarse en 85 dólares por barril y la canasta venezolana cerca de los 80 dólares. El director de Datanálisis, Luis Vicente León, es moderadamente optimista sobre el impacto de ese incremento en la economía durante un año pre electoral. En el peor de los escenarios que los precios petroleros se mantengan igual, se incrementará sustancialmente el ingreso de divisas, independientemente de la contracción de la producción. Por lo tanto a la Nación le ingresarán más dólares, los cuales el Gobierno requerirá para convertirlos en bolívares y obtener cuantiosos recursos no previstos en el presupuesto 2011, necesarios para el más importante de los financiamientos: la campaña presidencial.

-La demanda internacional de petróleo normalmente genera equilibrio político. Es el "dinamizador de la nómina", por eso debemos analizar este año en dos dimensiones: precios petroleros más altos, a la Nación le entrará más cantidad de dinero y habrá crecimiento económico, pero por otro lado, habrá mucho ruido en el panorama político, incremento en las expropiaciones y en consecuencia: recesión.

Luis Vicente León es explícito: "Se avizora una gran batalla. El Gobierno se radicalizará aún más frente a la empresa privada. Expropiar con la pretensión de mantener la capacidad de producción, pero han sido muy ineficientes en esta especie de "propedéutico" realizado durante 2010. La caída de la producción de cemento, cabillas y su fracaso en la construcción de viviendas no han pasado desapercibidas, al igual que el desabastecimiento en la red Mercal versus abastecimiento pleno en las cadenas privadas".

El acoso a la empresa privada es terriblemente negativo para la reactivación económica. Se reduce la oferta y no se satisface la demanda, un disparador inflacionario. Por otro lado, el Gobierno tiene necesidades fiscales para financiar el inicio de su campaña electoral, "presionarán el control cambiario y la política impositiva, impactando en la inflación y en consecuencia sobre el ingreso real de la población".

Estancamiento y devaluación

"Nuestra impresión es que 2011 será un año de estancamiento al igual que el año 2010, aunque estadísticamente se registre un pequeño incremento del Producto Interno Bruto (PIB) no más allá del 1% y una ligera recuperación en el consumo real privado que puede ubicarse entre 1 y 2% de aumento. Pero la espiral inflacionaria podría llegar al 30%; 7 puntos más de lo que cerró el 2010", precisó el director de Datanálisis.

No son muy diferentes las estimaciones del economista Pedro Palma, quien vaticina una devaluación de la moneda durante el primer trimestre. "El Gobierno obtendrá mayor cantidad de bolívares por cada dólar en tiempo de precampaña. Las condiciones están dadas por la falta de liquidez que enfrenta el Ejecutivo, evidenciado por las constantes emisiones de bonos, las reducciones del encaje bancario y las solicitudes de créditos adicionales para pagos de compromisos laborales. La devaluación se implementará a través del control cambiario".

-El Gobierno podría reservar la tasa preferencial -de 2.60- sólo para importaciones oficiales, mientras que el segundo tipo de cambio pasaría de 4,30 a estar por encima de cinco bolívares fuertes por dólar. Al ajustar el dólar Cadivi, automáticamente se elevaría la tasa que deriva del Sitme (Sistema de Transacciones de Títulos en Moneda Extranjera), a 6, más de 100 por ciento mayor a la preferencial, puntualizó Palma.

El economista César Aristimuño es más optimista, aunque reconoce las presiones para una nueva devaluación. "La economía se recuperará porque este será un año pre electoral, aunque no implica salir de la recesión", dijo en entrevista a Globovision. "Es probable que aumente el empleo, aunque el índice inflacionario continuará siendo alto, sobre todo, por la posible aplicación de una devaluación de la moneda. No hay duda, definitivamente, que las condiciones económicas son apremiantes".

Recomendaciones

Las recomendaciones de Luis Vicente León son distintas para cada sector de la población venezolana.

A la clase media. Sea más cuidosa con los gastos superfluos. "Las medidas impositivas aumentarán la incertidumbre. Un Estado que incremente sus impuestos conduce su economía a un deterioro cada vez más severo en el tiempo. Por tanto, las personas tienen que tratar de protegerse, reduciendo el gasto a través de las tarjetas de créditos cuyos intereses son los más altos; ahorrar lo más posible para los imprevistos y la vejez, porque -en Venezuela no hay un sistema de seguridad social. Los impactos negativos de la economía son mayores en aquellos individuos que no estén protegidos.

A los sectores de menores recursos, "arroparse hasta donde alcance la cobija". Evitar los créditos, invertir aunque sea en pequeña cantidad de dinero en alguna actividad pecuniaria, que aunque no generen grandes ganancias, pueden convertirse en un ingreso extra al presupuesto familiar.

A las empresas, evaluar cómo mantenerse en el mercado, recortar costos e invertir en investigación de mercado, para ser más eficiente que los competidores.

Sin mucho crecimiento

Francisco Moratinos calificado como "un maestro" de la política fiscal, le dio una ojeada al probable acontecer económico este año que comienza, en un informe publicado en el boletín "Economía en Cifras" que elabora mensualmente el ex director de la Escuela de Economía de la Universidad de Carabobo, Darwin Alvarado.

Difícil que la economía crezca este año 2011. Contribuyen a esta coyuntura la desocupación de los factores productivos y el desaliento a la inversión privada. Si ocurre, será una cifra muy modesta, resultado más que nada de la inversión pública.

Crisis de la deuda pública. Podría presentarse este año, más temprano que tarde. El servicio de la deuda pública equivale al 55% de las reservas internacionales previstas en 26,9 millardos de dólares para este año, a 6 puntos del PIB y al 12% del gasto público presupuestado para el 2011.

Si se aumenta el IVA, esta medida contraerá más el consumo privado, especialmente en aquellos sectores que no gozan de exenciones contempladas en la ley.

La inflación seguirá la misma tendencia del 2010. El crecimiento del gasto público continuará; el ajuste cambiario, la modificación del IVA, el desbalance entre oferta y demanda, la corrupción y el desequilibrio estructural de los canales de comercialización, acentuarán las presiones inflacionarias sobre la economía.

PDVSA comprometerá aún más su situación financiera. La iliquidez, la desconfianza del mercado internacional, la desinversión y elevada carga de deuda, la llevarán a liquidar activos internacionales, para paliar su precaria situación financiera.

Los precios del petróleo continuarán en alza, aunque la sobreestimación del precio promedio del barril de petróleo y refinados y la baja producción, disminuirán la contribución de PDVSA al Fisco Nacional.

El Gobierno continuará su plan de socialización de la producción, desmantelando el parque productivo del país, acentuando el desabastecimiento, y como consecuencia, agravando la dependencia con el exterior.

El presupuesto de 2011 será inferior al del 2010, si observamos que hasta el mes de octubre el presupuesto se incrementó en 21.56% respecto a su monto original aprobado, gracias a los 176 créditos adicionales que ascendieron a Bs. 44.036 millones.

Ajuste de la tasa cambiaria, es muy probable. Además de tener un efecto fiscal, las últimas emisiones de deuda pública han sido pactadas a un tipo de cambio implícito superior a 6 Bs./$.


Para sacar cuentas

En el año 2010:

La inflación alcanzó 23%, restándole poder de compra a los salarios.

El desempleo en 9% presionó la pobreza.

El Producto Interno Bruto (PIB) cayó en -4%, índices que no se veían desde 2003.

En casi 7% ha caído el consumo de los venezolanos en los últimos dos años, evidenciándose la contracción relevante del consumo. Las ventas cayeron de 12% a 25% entre 2009 y 2010.

10% fue la pérdida de poder adquisitivo en el último año. La reducción del crédito de casi 15 por ciento y aumentó la desconfianza del consumidor.

Posibles escenarios para el 2011:

Caída aún mayor de la producción de bienes y servicios en todo el país.

Pérdida del poder adquisitivo del venezolano que podría ubicarse en 30% aproximadamente.

Devaluación en los primeros meses del año porque no puede mantenerse los 6 tipos de cambio, establecidos por el mismo Gobierno.


alaguna@el-carabobeno.com



EL CARABOBEÑO