Wednesday, July 28, 2010

Exposición del Cardenal Urosa Savino en la Asamblea Nacional


EXPOSICIÓN DEL CARDENAL JORGE UROSA SAVINO ANTE LA COMISION COORDINADORA DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Ciudadana Presidenta y demás diputadas y diputados de la Comisión Coordinadora de la Asamblea Nacional:

Con la mejor buena voluntad y en espíritu de diálogo abierto, sereno y respetuoso,
acudo ante ustedes atendiendo la cordial invitación de la Ciudadana Diputada Cilia
Flores, Presidenta de este Cuerpo Legislativo. Agradezco también la garantía
ofrecida por la Ciudadana Presidenta con relación a mi seguridad y respeto a mi dignidad
y condición humana.

Con el respeto y reconocimiento debidos a este cuerpo que representa el Poder Legislativo del Estado Venezolano, vengo como Arzobispo de Caracas, es decir, líder religioso y Pastor de los 5 millones de católicos de Caracas sin distinción de simpatías políticas; Cardenal de la iglesia en Venezuela y Presidente de honor de la Conferencia Episcopal Venezolana.
En mi tarea pastoral en Caracas me acompañan los Obispos Auxiliares y más de 500 sacerdotes y diáconos, y 1.100 religiosas y religiosos que sirven permanentemente las necesidades pastorales de los
caraqueños. También miles de laicos comprometidos que trabajan en las actividades pastorales de la Iglesia. Como sacerdote caraqueño, además de mis labores como formador de sacerdotes en los
Seminarios eclesiásticos de Caracas, trabajé durante 11 años en un barrio popular, el barrio Casa de Tabla, conocido ahora como "Cecilio Acosta en Maca, Petare.

Soy un Obispo, Pastor de la Iglesia, servidor de Jesucristo y del pueblo venezolano todo. En esa condición he actuado y hablado sobre las cuestiones sociales. No me considero ni me he considerado nunca, y no he actuado en ningún momento como actor u operador político.

Soy vocero de Jesucristo y de las inquietudes y del interés del pueblo venezolano por la paz, el encuentro, la inclusión, y por el respeto a los derechos humanos civiles, sociales, y políticos consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. No soy vocero de ninguna parcialidad política.

MISIÓN DE LA IGLESIA Y DERECHOS DE LOS OBISPOS

En los debates de estos días se ha hablado mucho sobre la misión de la Iglesia, más específicamente sobre la competencia y participación los Obispos en la vida nacional. Antes de hacer algunas consideraciones de carácter religioso o teológico sobre el tema, quisiera destacar que el art. 62 de la Constitución claramente afirma el derecho de todos los ciudadanos venezolanos a participar activamente en la vida pública. Cito: "Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en tos asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas". Y el art. 132 va más allá: "Toda persona tiene el deber de cumplir sus responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política, social y comunitaria del país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia democrática y de la paz social".
En cumplimiento de esta disposición constitucional, la participación en la vida pública de los Obispos. Pastores de la Iglesia en Venezuela, va en la línea del relación y convivencia de los ciudadanos en la Polis con el libre ejercicio de sus derechos; no como búsqueda o ejercicio del poder político, ni mucho menos como expresión de la legítima participación de los ciudadanos en partidos políticos. Repito, no somos operadores políticos.

De manera que, cuando los Obispos, desde nuestra misión pastoral, religiosa y espiritual, expresamos nuestras opiniones sobre aspectos de la vida social o política del país, lo hacemos con pleno derecho como ciudadanos venezolanos, y cumpliendo el deber que nos impone la Constitución Nacional de promover y defender los derechos humanos para el logro de la convivencia democrática y de la paz social.
Pero es que, además, nuestra condición cristiana y nuestra misma misión pastoral de constructores de la paz, nos impone el deber de velar por la vigencia de los derechos humanos. Cristo nos dice que seremos juzgados por el amor, él nos dice "porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, preso y enfermo, y me visitaste", etc. (Mt, 25)

La Misión Pastoral de la Iglesia no es solamente celebrar actos de culto, sino anunciar a Jesucristo y su Evangelio del amor a Dios y del amor fraterno, del respeto a la vida y los derechos de los seres humanos; es promover la convivencia social en el marco de la libertad y la justicia. Los Mandamientos de la Ley de Dios son un llamado a una convivencia social libre, justa, fraterna. Y eso es lo que nos mueve a los Obispos venezolanos a pronunciarnos sobre la vida social y pública del país.

Al respecto quiero destacar que no es ahora, en los últimos años, cuando los Obispos venezolanos hemos hecho llamados a la conversión moral en lo social y a la renovación del corazón en la vida política, económica y social de Venezuela. Quiero recordar aquí, entre muchos, algunos documentos de aplicación de la Doctrina Social de la Iglesia publicados a lo largo de estos años, durante diversos gobiernos: el documento "iglesia y política, de 1973"; "La Situación social del País, de enero de 1974" en el cual se habla de la necesidad de que se promueva un progreso más efectivo, dirigido al beneficio de todos, pero especialmente a los sectores menos favorecidos, y particularmente a los marginados. El documento sobre Las Misiones y los Indígenas, de julio de 1977, en el cual se rechazan abiertamente las violaciones a los derechos humanos de los indígenas: la carta pastoral de Cuaresma de 1980, profética en su diagnóstico y en sus propuestas, en la cual, al hacer un apremiante llamado a la conversión moral, se afirma que la situación social de Venezuela configuraba una situación personal, colectiva y estructural de pecado; el documento sobre la vivienda, de enero de 1986, y el documento sobre el desempleo, de julio de 1987; el documento publicado en enero de 1988 con motivo de los 25 años del 23 de enero de 1958. Especial relieve merece la Exhortación "La recuperación del país" publicada luego del Caracazo, el 8 de abril de 1989, en la cual se hace un diagnóstico severo y muy claro sobre la situación política, económica y social de Venezuela, y se condena la masacre de El Amparo.

Otro documento de especial significación es el titulado "Constructores de la Paz", publicado el 10 de enero de 1992, donde se alude, entre otras cosas, a los asesinatos cometidos por funcionarios de los cuerpos de seguridad del estado. Allí advertíamos: "Sin una respuesta pronta y efectiva a esas urgencias, no habrá paz social con los consiguientes peligros de anarquía o de tentaciones a soluciones de fuerza" Tres semanas después sucedieron los hechos del 4 de febrero.

De manera que no ha sido solamente en estos últimos 11 años cuando los Obispos venezolanos, en ejercicio de nuestra misión religiosa y pastoral, y de nuestros derechos constitucionales hemos hecho apremiantes llamados al diálogo, a la atención de las necesidades del pueblo, a la defensa de los derechos humanos, a la inclusión y a la convivencia social, a la justicia como base de la paz. No nos encerramos en las sacristías, ni nos escondemos tras el incienso de las ceremonias. Somos Obispos de una iglesia viva y activa,
comprometida con el pueblo venezolano.

Y esto lo hacemos como respuesta al llamado del Concilio Vaticano. II que nos dice:
"la Iglesia, que por razón de su misión y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad política ni está ligada a sistema político alguno, es a la vez signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana... Es de justicia que pueda la Iglesia en todo momento y en todas partes predicar la fe con auténtica libertad, enseñar su doctrina social, ejercer su misión entre los hombres sin traba alguna y dar su juicio moral, incluso sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas, utilizando todos y solos aquellos medios que sean conformes al evangelio al bien de lodos según la diversidad de tiempos y de situaciones" (OS. 76)

Y al Documento de la V Conferencia General de los Obispos latinoamericanos y del Caribe, Aparecida, que afirma:

504 "Consciente de la distinción entre comunidad política y comunidad religiosa, base de sana laicidad, la Iglesia no dejará de preocuparse por el bien común de los pueblos y, en especial, por la defensa de principios éticos no negociables porque están arraigados en la naturaleza humana"

Pero sobre lodo, los Obispos hablamos en respuesta al evangelio de Nuestro Señor Jesucristo que nos llama a ser misericordiosos y a atender las necesidades de nuestros hermanos: Recordemos la parábola del buen samaritano. El modelo es quien ayuda a su hermano en la tribulación. (Le, 10,33 ss).Y el apóstol Santiago, recalcando la necesidad de la caridad concreta hacia los demás nos dice: "La religión pura e intachable ante Dios Padre es esta: visitar a los huérfanos y viudas en su tribulación"... (St. I. 27)

En el cumplimiento de nuestra Misión pastoral con respecto a la vida concreta de los venezolanos, los Obispos actuamos siempre como ministros de Jesucristo y como pastores del Pueblo de Dios, no buscando el poder, sino como servidores y constructores de la paz. Por eso siempre apelamos a la conversión moral, a la necesidad de modificar las conductas, a la rectificación de políticas que consideremos equivocadas, a la necesidad de que todos nos consideremos hermanos en una casa común, una familia, miembros de un solo pueblo, el pueblo venezolano, sin exclusiones de ningún tipo. Permanentemente invitamos al diálogo entre los diversos sectores, a la convivencia, a la búsqueda de soluciones para los diversos problemas del país. Valores como justicia, paz, diálogo y reconciliación son los que guían nuestro ánimo y nuestros documentos en materia social.

MIS DECLARACIONES

Ustedes me han invitado para que, explique las razones que sustentan las denuncias que presuntamente habría realizado contra del Comandante Hugo Chávez Presidente Constitucional de Venezuela y de las Instituciones del listado Venezolano" en recientes declaraciones.

Un punto previo: suelo declarar muy poco. Y en mis actuaciones litúrgicas evito el tema político partidista, y así lo exijo a todos los sacerdotes de la Iglesia en Caracas. Mi predicación es religiosa, y de moral tanto individual como social: no es una predicación partidista.

Ahora bien: quiero decir respetuosamente que en mis declaraciones si he emitido opiniones, pero no he formulado "acusaciones ni denuncias". No es mi ánimo o intención, he emitido mis opiniones amparado por los valores consagrados en nuestra Constitución, tales como la democracia, la preeminencia de los derechos humanos y el pluralismo político, consagrados en el art. 2 de nuestra Carta Magna. y, el deber del Estado de garantizar el cumplimiento de los principios, derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.

He emitido mis apreciaciones como ciudadano venezolano en pleno goce de los derechos que me otorga la Constitución, a la cual me acojo, teniendo en cuenta que, - como dice el Art. 19 - "El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable,., de los derechos humanos...Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público, de conformidad con esta Constitución, con los tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la República y con las leyes que los desarrollen". Como ciudadano venezolano también reivindico, a tenor del art. 39, mi titularidad de derechos políticos de acuerdo con la Constitución, y en particular mi derecho a mi integridad física, psíquica o y moral, consagrado en el art. 46. También reivindico el derecho consagrado en el art. 60 que reza: *Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia imagen confidencialidad y reputación"

Me emitido opiniones con seriedad, expuesto a equivocarme, pero no he dicho mentiras. Mentir es decir algo que uno sabe falso como si fuera verdad. Opinar es emitir una apreciación con algún margen de error. Con humildad pero con dignidad afirmo que no soy mentiroso.

He emitido opiniones acogiéndome al art. 57 de la Constitución que reza: "Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura. Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por lo expresado".

Y es bueno recordar que, a tenor del art. 141 de la Constitución, la Administración Pública, se fundamenta "en los principios de honestidad, participación, eficacia,rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública ¿No implica esto que en su gestión los funcionarios están sujetos al escrutinio, opinión y crítica de los ciudadanos? Yo he expresado mis opiniones en ejercicio del legítimo derecho a la crítica sobre la actuación de funcionarios en asuntos de naturaleza pública e interés colectivo.

En este marco, y en concreto, quiero decir dos cosas:

En primer lugar he opinado que el Presidente Chávez quiere llevar al país por el camino del socialismo marxista. Pues bien: no he dicho nada nuevo, pues el
Presidente en varias ocasiones ha afirmado ser marxista como lo hizo, por ejemplo en esta Asamblea el 15 de enero de 2010, y está decidido a convertir a Venezuela en un estado socialista. Opino que llevarnos por este camino implicaría dejar a un lado importantes principios consagrados en la actual Constitución.

El Estado socialista marxista es totalitario, pues copa todos los espacios, tal como sucedió en los países sometidos al régimen socialista o comunista, como los de Europa Central, la Unión Soviética en el pasado, y Cuba todavía en el presente.

En segundo lugar quiero aclarar que en ningún momento he opinado negativamente en contra -y menos he atacado- a la Asamblea Nacional, al Tribunal Supremo de Justicia o a la Fiscalía General de (a Nación, Respeto todas las Instituciones del listado y nunca me he referido a ellas de manera: negativa en los medios de comunicación. Respeto igualmente y nunca he ofendido al Ciudadano Presidente de la República.

Mis opiniones no van en contra de las instituciones. Simplemente expreso mis apreciaciones sobre algunas actuaciones. Al opinar que algunas leyes me parecen inconstitucionales no ataco, ni desconozco, ni actúo en contra de la Asamblea, sino que me parece que esas leyes van al margen o contrarían el espíritu y en algunos casos la letra de la Constitución, ejerzo así mi derecho a participar en la vida pública del país. en el marco del pluralismo consagrado por la Constitución, y en uso de la libertad de expresión, tan querida por todos los venezolanos. De hecho se han dado muchos casos, antes y ahora, de que personas o instituciones acudan legítimamente al Tribunal Supremo a cuestionar la constitucionalidad de algunas leyes.

Mi opinión de que algunas leyes contrarían el espíritu o el texto constitucional es sostenida también por algunas instituciones de gran prestigio, tales como la Asociación Venezolana de Derecho Constitucional (15 de dic. de 2009), la declaración de Decanos de Facultades de Ciencias Jurídicas y Políticas de algunas Universidades; Consejo Superior de la Federación de Colegios de Abogados, entre otros. Esa opinión también ha sido manifestada públicamente en la Asamblea por algunos diputados.

ALGUNAS LEYES PREOCUPANTES

En concreto, algunas leyes que me. en mi opinión, parecen estar en contradicción
con la Constitución en algunos aspectos, son:
la Ley del Consejo Federal de Gobierno,
la Ley de reforma de la Ley Orgánica de descentralización, delimitación y
transferencia de competencias del Poder Público:
La Ley Orgánica de Educación:
la Ley de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana;
la Ley sobre la Organización y régimen del Distrito Capital;
La Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Ley
del Indepabis).
La Ley Orgánica de Procesos Electorales.
Y el Proyecto de Ley de Comunas.

En general, esas leyes afectan el pluralismo político, fundamental para la vida democrática, pues incorporan la concepción socialista, para implantar una Patria socialista lo cual consagra como obligatoria para todos los venezolanos una ideología, un sistema y una participación. lo cual es ajeno al espíritu y a la letra de la Constitución, que habla de Estado social de Derecho y de Justicia, y propugna como uno de los valores fundamentales el pluralismo político Van en una línea de centralización del poder, en contra del federalismo y la descentralización, lo cual vulnera las capacidades de acción de los venezolanos de la provincia. Todas estas leyes van en la línea de darle más poder al Gobierno central y a la Presidencia de la República, en detrimento de las capacidades y el poder del pueblo, de la gente, de de las regiones, de la familia, del ciudadano, y consagran un Estado y un Gobierno cada vez más poderoso por encima de la acción e iniciativa de la gente, de los ciudadanos comunes.

CONCLUSIÓN

Ciudadana Presidenta;
Ciudadanas diputadas, ciudadanos diputados:

Al concluir esta exposición quiero reafirmar, junto con todos los Obispos de la Iglesia Católica en Venezuela, nuestra actitud de disposición al diálogo, de servicio al pueblo venezolano, de participación en el marco de los derechos que nos otorga la Constitución, y en cumplimiento de nuestro deber como pastores del Pueblo de Dios, que vive en concreto en condiciones históricas sociales, económicas y políticas que todos hemos de procurar mejorar.

Reafirmo mi condición de Pastor de la Iglesia, a la cual sirvo en nombre de Jesucristo, con el propósito de que su "Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz", se haga realidad en el corazón de los venezolanos, a través de la fe en Dios, y a través de la convivencia fraterna y solidaria.

Muchas gracias
Caracas, 27 de julio de 2010

Tuesday, July 13, 2010

Comunismo puro y simple: La muerte de las libertades económicas y algo más

Veníamos, desde que el actual Presidente asomo sus pretensiones presidenciales hace mas de 14 anos sugiriendo que lo que se traía el Presidente como alternativa política y económica para Venezuela era comunismo puro y simple, vestido del atractiva envoltura socialista, pero al mismo tiempo en el típico lenguaje abstracto y ambiguo del típico demagogo socialista que muchos encuentran fascinante. Los mas, en los mismos medios de comunicación, quizás el eslabón mas débil en la cadena de comprensión de esos fenómenos sociopolíticos del último siglo.

La fascinación en esos sectores, así como en las iglesias, no les permite en virtud del corto plazo de sus acciones, develar algunos entretelones ideológicos de elevado costo social si ellos llegasen a pasar. Así ocurrió en Venezuela, medios de comunicación, académicos, iglesias sintieron esa fascinación por el lenguaje demagógico, anti partido y anti política, lo demás ya es historia. Irónicamente muchos de esos medios, hoy han desaparecido, otros han sido estatificados, por la intolerancia del régimen que muchos ayudaron a fundarse.

En esas condiciones culturales, discutir para alertar sobre las inconveniencias económicas y sociales y políticas que subyacía a ese discurso político y sobre las verdaderas razones de una sumergida y hasta camuflageada posición ideológica, no era una especulación teórica fácil de creer; después de todo HRCh había gandido las elecciones limpiamente y la gente fiel a sus conceptos hipotéticamente democráticos suponía –para nuestro gusto ingenuamente- que después de 5 anos el Presidente simplemente se iría como así lo habían hecho los que le antecedieron. Pero había algunas conjeturas interesantes algunas de ellas muy sonoras y demasiado claras para quienes leyeron u oyeron los decursos de Fidel y HRCh en la Universidad de la Habana en 1994

La Asamblea Nacional constituyente: la guadaña de las libertades económicas

….y de la democracia. La convocatoria a una Asamblea Nacional que contó con algo de ingenuidad y algún deseo de poder -a todo evento- de sectores de la clase política en revancha con el bipartidismo, y atrincherado en instituciones muy respetadas como la Corte Suprema de Justicia, no comprendieron que otorgarle el sentido de originaria a la asamblea nacional constituyente, se le estaba dando al Presidente el instrumentos constitucional para cambiar el sentido de la democracia representativa y su defunción. El proyecto de Constitución entregado por el Presidente a la ANC traía el germen de su anhelado comunismo puro y simple; en sus palabras, el mar de la felicidad cubana. Muchos voltearon para los lados para no ver lo que ya era demasiado visible.

Así el cambio del régimen de democracia representativa de equilibrio nominativo en los poderes públicos, especie de contrabalancees constitucionales y legales al poder político emergido del voto, comenzó por donde muchos no lo sospecharon: por la destrucción de las normas sobre las cuales descansaban las libertades económicas y fundamentalmente los derechos de propiedad.

La propiedad privada y los derechos de propiedad

La ANC comenzó sus plenarias discutiendo la propuesta de Constitución del Presidente, en esa propuesta los derechos de propiedad estaban mutilados, la propiedad privada no era transable, no contenía la garantías de disponibilidad, la cual se sabe, es la esencia de la propiedad privada y la base de todo progreso económico y social. Y es allí donde se erigen los derechos de propiedad y los mecanismos legales y constitucionales para su protección, protección que no es solo frente a terceros, sino frente al mismo Estado, o al gobierno, para ponerlo más simple.

La inteligentzia venezolana no pudo divisar el peligro en ciernes que surgía dentro del seno de la propia ANC cuando se cuestiono el modo imperante de producción y distribución basado en la propiedad privada y ciertamente de la intervención del Estado, aunque siendo esta una anomalía histórica, está muy presente en el acervo cultural del Venezolano que vive en un país donde sus riquezas más importantes han estado bajo propiedad y control del Estado.

Propiedad privada y derechos de propiedad: esoterismo cultural venezolano

Aun los venezolanos no comprendemos colectivamente que la causa de tanta pobreza en medio de tanta “riqueza” esta precisamente en que hemos transformado al Estado en la “cosa” rica del país, así todos preferirían ponerle la mano a través de la política, antes que ponerse a trabajar en serio sobre lo suyo. La sociedad sabrosamente rentista tiene este simple comprensible origen, aunque una compleja praxis social y económica.

Me toco intervenir, invitado, en las discusiones privadas del Partido del Gobierno de entonces, para abundar sobre esos temas que tienen repercusión inmediata con lo económico y con la manera como los hombres distribuyen el fruto de su trabajo.

Luis Miquilena, Presidente de la ANC y Alfredo Pena, habilidosamente colocaron la propuesta del Presidente de lado y ampliaban a la ortodoxia constitucional moderna la Constitución así, se aprobaron las normativas más comunes que se le conocen a la propiedad privada y sus derechos, uso, usufructo y disponibilidad. Había pasado así el peligro de una fractura constitucional en las garantías económicas y derechos de propiedad, no seria para mucho tiempo, el Presidente tenía una agenda abierta para ir mutilando los derechos de propiedad a través de la fractura del marco jurídico sobre donde se basaban las libertades económicas.

En eso días presentamos ante la Comisión que dirigía el Constituyentita H Escarra nuestra crítica y propuesta sobre derechos económicos y propiedad privada y sus derechos.

Esa propuesta nuestra fue olímpicamente dejada por lado por H Escarra, a la sazón Presidente de la Comisión de la ANC que discutirá esos temas.

De todos modos el cambio constitucional hacia el social comunismo había comenzado

Sin embargo, en la constitución no quedo claro, y quizás más por desconocimiento e ignorancia de muchos constituyentitas los mecanismos constitucionales necesarios para que el gobierno y terceros no vulneren los derechos de propiedad, mecanismos muy necesarios, porque por lo general los gobiernos e intereses políticos conjurados, y hasta en condiciones de democracia representativa ( durante CAP I, Herrera Campians, Lusinchi y Caldera así ocurriría) mutilan y domina los derechos de propiedad privada a través de leyes y otras políticas públicas que si bien no vulneran la letra de las garantías constitucionales que protege la propiedad privada, los derechos pueden ser restringidos por leyes y en ocasiones vulnerar el marco jurídico necesario para la protección de esos derechos.

El cambio vendría envuelto en leyes y decretos, en ocasiones inconstitucionales

Como ya sabemos ocurriría en Venezuela el día siguiente que se aprobó la Constitución 2000 , cuando la AN convertida en fabrica de leyes, y en poderes habilitantes otorgados al Presidente se legislaron 49 leyes cuyo objetivos era la restricción de los derechos de propiedad y hasta la violación de algunas garantías constitucionales aprobada en el 2000 para tal fin. Así llegaron las leyes, de hidrocarburos, donde se enajeno al sector privado nacional de su participación en el negocio petrolero que era puesto todo en manos del Estado.

En se orden se legislo sobre tierras, bosques y aguas, minería, banca y finanzas, comercio, espacio electromagnético, vivienda, y un conjunto de otras leyes que traían como objetivo reprimir los derechos de propiedad, debilitar el marco jurídico responsable de defender esos derechos. Sobre estos aspectos ya tenemos 12 años escribiendo sin descanso.

Un paso atrás y dos pasos adelante! El envoltorio: socialismo siglo XXI

En lenguaje leninista, dentro del partido del gobierno, se recitaba el panfleto leninista de un paso atrás y dos adelante. La gran curiosidad histórica lo represento el comportamiento tanto de la clase política venezolana como en general de la inteligentzia nacional, incluida la académica, que no repararon en los peligros que se escondían como una gran emboscada legal y constitucional contra los derechos económicos de la gente y que eventualmente tendrían repercusión política inmediata, cierta miopía se notaba en ese comportamiento del país nacional.

Hasta los mismos grupos económicos organizados, y sindicalizados, ponían atención a las discusiones que algunos habíamos avanzando para discutir con intensidad que en Venezuela estaba operando por vía legal y constitucional un radical cambio en la manera de vivir, aunque ese cambio se imponía en la fábrica de leyes a la fue convertida la AN.

Desde ese cuerpo legislativo se le otorgaron al Presiente leyes habilitantes las que el aprovecharía intensamente para escribir ese nuevo sistema socioeconómico que desde luego era muy distinto al que vivíamos sustentado por la protección y el disfrute sin limitaciones la propiedad y sus derechos, Aunque en honor a la verdad, en 1960 al aprobarse la Constitución del inicio de la democracia, los partidos políticos de entonces legislarían para restringir las libertades económicas, estas se suspendieron por un largo perdido de casi 40 anos.

El Presidente abrió el discurso sobre el socialismo y esta vez era socialismo siglo XXI, muchos se embaucaron con la idea, pero solo había que pensar un poco para comprender que era el envoltorio del comunismo puro y simple que hoy tenemos frente a nuestras fosas nasales.

La crisis de balanza de pagos en el 2003, entre otros, traídas por el no bien recodado conflicto político que trajo el paro petróleo en el 2002 y los sucesos políticos de ese ano, que trajeron la imposición de los controles de cambio y de precios, sirvieron de palanca política para la reforma de números leyes para incrementar los controles y las restricciones a los derechos económicos y un paso adelante en el cambio del marco jurídico que ya no tenía la protección de los derechos de propiedad como objetivo central.

La descapitalización del sector privado inducida por la bonanza fiscal

Al término de 2005 los derechos sobre la propiedad privada en Venezuela habían alcanzado un elevado grado de restricción y regulación, la revolución aumentaba la velocidad de cambio, aunque de algún modo aminorada por la súbito ingreso fiscal petróleo, que sirvió al gobierno para incrementar el proceso de descapitalización de la economía privada.

Así el ingreso fiscal sirvió de palanca económica para la aceleración de la revolución. La economía se volitaba en base a la abundancia de reservas internacionales dado los elevados precios del petróleo a importar al mismo ritmo que se descapitalizaba el sector privado de la economía nacional, porque producir en Venezuela con un control de cambio, alta inflación interna, y en condiciones de ninguna competitividad, no tenia en menor sentido económico.

El gobierno estimulo él comportamiento rentista del sector privado venezolano, así volteado sobre la importaciones no solo el sector privado nacional se empobrecía por las limitaciones y restricciones a sus libertades económicas, sino también porque en volúmenes los sectores productivos nacionales privados disminuir su fuerza productora.

El Presiente intento acelerar el ritmo de la revolución vía el rentismo petróleo del ingreso fiscal y la abundancia de reservas internacionales, buscando una fuerte reforma constitucional que le permitiera por esa vía retornar el camino perdido en la aprobación de la Constitución en el 2000. Su propuesta fue derrotada, la gente comenzó a sospechar que lo que estaba en curso era una emboscada constitucional y legal para acabar con el régimen de libertades económicas y protección de los derechos de propiedad.

Y desde luego, el camino a la ruina del comunismo, históricamente demostrada

Sin embargo y políticamente en dificultades por la caída de los precios del petróleo, la descapitalización de PDVSA y la caída en los volúmenes de producción, que pondrían fuertes dificultades fiscales y una caída en el orden redistributivo del gobierno del ingreso fiscal petrolero que le financiase el rentismo exacerbado no solo entre los sectores menos favorecidos sino entre grupos económicos y privados, importadores y financieros, llevaron al gobierno a presionar el acelerador ponernos en el disparadero inmediato de entrar rápidamente al mar de la felicidad cubana, el comunismo de todos los siglos.

La racia comenzaría por el más débil de los sectores económicos por su casi total dependencia de la liquidez del sector público, además que al sistema financiero en condiciones de amplia descapitalización de la economía privada, no le queda otra que invertir la liquidez depositada en por el estado y el publico en títulos e la deuda pública nacional.

Igualmente se iría políticamente y en un ambiguo estado de derecho, contra el sector económico productor y distribuidor de alimentos. La AN discute y aprueba leyes ahora sin el tomar la cuenta el débil pero aun existente corsé constitucional, La Ley de las Comunas, es el colofón del ideario para la transición al comunismo del gobierno. Vendrán más porque además el momento político no es muy apropiado para una revolución dado que el país mayormente rechaza la anti-historia del comunismo, pero unas elecciones en septiembre 26, que lucen cuesta arriba para la revolución, parecieran haber hecho comprender al presidente y al gobierno que el tiempo se acabo y que es bueno implantar el comunismo a troche y moche. Las palabras del Cardenal Urosa, parecen haber despertado las reservas nacionales sobre las jugadas de la historia y la política. La ruta del socialismo-comunismo ha sido ya develada en sus palabras.